Hay condiciones en nuestra vida que venimos arrastrando por años. Pero para Dios no es imposible romper con ese patrón de la familia en ti. Tienes que cuidarte de lo que el diablo por otras personas dice. Debes romper con toda palabra de maldición que el diablo manifieste en contra de tu avance.
Si no estás en oración y búsqueda constante y el diablo tiene espiritualmente más poder que tú, porque tu no estás conectado, lo que él diga te va a alcanzar.
Si tu, terrenalmente no tienes herencia de tus padres, del linaje del cielo, del Padre del cielo que tiene todo, y es dueño del oro y de la plata la tienes. Ahí tienes de donde tomar y agarrar. Aunque terrenalmente no vengas de una familia rica, del cielo tu viniste con un real sacerdocio. Lo que te falta es carácter para arremeter contra toda maldición que el diablo tenga contra ti.
Él mismo Dios que te está dando la idea es el mismo Dios que va a hacer que prospere. Pero debes permanecer fiel a él.
1 Crónicas 4:9
9 Había un hombre llamado Jabes, quien fue más honorable que cualquiera de sus hermanos. Su madre le puso por nombre Jabes[a] porque su nacimiento le causó mucho dolor.
Quizá tu nombre no tenga el mismo significado que el de Jabes, que es desierto, sufrimiento, sequedad, pero puede que en tu vida te sientas así, por lo que estás viviendo. Rompe con esa maldición, no importa de dónde vengas o que decían de ti, porque tu linaje y tu autoridad es mayor, es del cielo. A pesar de la palabra de maldición que venga en tu contra, por tu desobediencia, o por la boca de alguna persona, porque él Dios del cielo puede acabar con eso.
Tu Dios es más grande que eso.
Sal del anonimato y del miedo. Cuando tu oras y clamas al Padre sale de ahí un olor fragante que debe alejar todo lo malo del entorno. Rompe con eso.
Tu Dios es más poderoso que eso.
Si Dios libró a Israel de eso poderoso ejército, hará lo mismo contigo así que clama. Jabes oró y clamó porque se cansó, todas las circunstancias fueron el motivo y el impulso de su oración y todo en un instante cambió. Su clamor rompió maldiciones. Dios le cambió sus circunstancias por un clamor. El que cambió el desierto de Jabes es el mismo que cambiará tu desierto y ensanchara tu territorio.
Párate y rompe con esa oración pasiva, es hora de que alces tu voz y rompas toda maldición generacional, porque tu Dios puede hacerlo. Ora, porque ese mismo Dios es el tuyo. Pero cambia tu primero y clama con todo lo que tienes.
Involucra tu cuerpo en esa oración, deja la pasividad y que tu cuerpo se mueva con tu voz, alma, espíritu y clama al Dios que puede todo. Pero Muévete.
Lucas 18:3-5
3 Una viuda de esa ciudad acudía a él repetidas veces para decirle: “Hágame justicia en este conflicto con mi enemigo”. 4 Durante un tiempo, el juez no le hizo caso, hasta que finalmente se dijo a sí mismo: “No temo a Dios ni me importa la gente, 5 pero esta mujer me está volviendo loco. Me ocuparé de que reciba justicia, ¡porque me está agotando con sus constantes peticiones!”».
Si un juez injusto le hizo justicia a una mujer ¿Cómo Dios el creador de la justicia no le hará justicia a sus hijos? ¿tardará el Padre en contestarle a sus hijos? Dios te va a hacer justicia.
Clama que Él te va a responder. Que ese clamor rompa el techo y llegue al cielo. Si conoces a tu papá el te hará justicia. Dios no va a tardar, clama, ora, levántate.
Que tu queja no sea más grande que tu oración, cree e el Dios del cielo y clama a él.