Hoy vas a ser libre. Porque estás siendo atacado sin darte cuenta, pero Dios llegó para liberar al cautivo. Y el diablo debe soltar lo que no le pertenece.
Hay muchas personas sufriendo ataques cardíacos, y esos ataques primero son espirituales y luego carnales. Primero fue formado tu espíritu y luego tu cuerpo, por eso debes vivir primero en el espíritu que en la carne.
Dios quiere darte las herramientas para que ataques a quien tienes adentro y te está matando.
Antes había mucha ignorancia en el tema de salud sobre el ahogo, el sofoque, la falta de respiración, los ataques cardíacos, pero hoy Dios tiene la respuesta. Un milagro de Dios puede salvar la vida del que lo busque.
Hay muchas manifestaciones físicas en la salud de una persona atacada, incomodidad, dolor y presión en el pecho, falta de respiración, dolor en uno o ambos brazos, y todos ellos van directo al corazón. Dios vino a decirte que él hizo tu corazón, y está en esas condiciones porque nunca se lo haz dado.
El médico por excelencia quiere sanarte, es tu decisión que actúe o no, Dios está esperando que abras tu boca.
Muchos cristianos perecen por tener los ojos espirituales cerrados. Atacan la parte física pero nunca la espiritual. El diablo siempre quiere detener lo que Dios quiere hacer.
Cuando se trata de ataques espirituales hay que despertar y reconocerlos para lograr sobrevivir. Hay que reconocer las señales que dicen que algo malo está pasando: primero te desanima a hacer las cosas espirituales como leer la palabra, orar y congregarte. Cuando eso sucede es porque el diablo te quitó lo que te tiene vivo en la tierra, el oxígeno y la vida de Dios en ti. No es que el diablo es poderoso, es que tu no atacas eso porque lo ves normal.
El deseo espiritual se evidencia cuando el interés por Dios y el buscarlo sigue encendido, escudriñas y lees la palabra sin importar nada. Pero los síntomas de lo contrario deben ser reconocidos por la misma persona porque no hay médico que diagnostique lo espiritual.
¿Cómo saber si estoy pasando por un ataque? No lees la Palabra, perdiste el hablar el lengua, el servirle con pasión a Dios, dejas de congregarte, todo esto identifica que estás en medio de un ataque y debes reconocerlo para ser libre.
Salmos 63:1
63 Dios, Dios mío eres tú;
De madrugada te buscaré;
Mi alma tiene sed de ti, mi carne te anhela,
En tierra seca y árida donde no hay aguas,
David a pesar del ataque que estaba viviendo su alma gritaba por ayuda e intervención del Padre en su vida.
Alguien apasionado por Dios se determina por el deseo que tiene de buscarlo y vivir para él en su plenitud. El ataque a esas personas comienzan muy sutilmente, dejándose ahogar por los problemas del mundo en su vida.
Si tu no tomas la decisión de tratar una enfermedad crónica a tiempo no es culpa del médico, es tuya. La falsa fe está matando a muchos.
El problema es que el cristiano no cree en lo que Dios dice, viven en una fe mental y no espiritual.
Pitón le quitó el fuego y el deseo por Dios a muchos.
El ataque ocurre lentamente así como cuando una pitón aprieta a su presa, todo es sutil, sin la persona darse cuenta, tomando todo como algo normal. Con dolores pero resolviéndolo con pastillas que nada hacen, lo que no te sana y no se va, se establece y fortalece.
El diablo necesita que tu hables contrario a la palabra porque tu palabra tiene poder, la de él no, te usa a ti para poder provocar las cosas.
Los problemas de la vida surgen y comienzan a recortar el tiempo de Dios en tu vida. Tu pasión disminuye, tu ánimo se disipa, y Dios y su obra en tu vida ha menguado y ha pasado a otro nivel de prioridad y en otra opción.
Comienzas a sentirte desconectado al orar, sin pasión ni conexión con Dios, estos son síntomas de que estás bajo ataque y eso viene por una persecución espiritual para acabarte.
Más síntomas que se pueden reconocer en una persona que está bajo ataque es que sin darse cuenta pasa cada vez menos tiempo en la oración porque se convierte en una incomodidad, en fastidio, en monotonía. Luego no ve necesario ir todos los días a la congregación, poniendo razones por encima de la importancia de congregarse. Ve más importante las cosas del mundo y sus cosas, que las de Dios. No está mal hacer tus cosas, el problema es que soltaste a quien cuida de ellas.
En lugar de tener un corazón ardiente, se hizo tibio.
Apocalipsis 3:15-16
15 Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueses frío o caliente! 16 Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca.
¿Eres un tibio dentro de la iglesia?
Cuando el diablo convierte a una persona en tibia hace que vean que tienen mucho que disfrutar fuera de la iglesia, por encima de Dios y la importancia de congregarse, como viajes, paseos, diversión, entretenimiento, descanso, fiestas, vicios, dinero. Porque por creer que el tiempo de su vida es de ellos quieren hacer lo que quieran, y resulta que ni el tiempo ni su vida son suyos, son de Dios que los creó para gobernarlo.
No creas la mentira de que encontraste lo que querías, lo que necesitabas y lo que te hizo ser una persona realizada, la verdad es que te fuiste y te alejaste de Dios que es realmente tu vida. La verdad es que empezaste a ser atacado por el espíritu de Pitón y está matando tu vida espiritual.
Tienes un libre albedrío, si quieres morir no pasa nada, eres tú quien debe reconocer lo que está sucediendo, Dios te está hablando y tu debes decidir si quieres morir o seguir viviendo. Es momento de una decisión, vivir o morir.