El creyente debe crecer hacia abajo, todo el que crezca hacia arriba es un blanco fácil para que él diablo lo derribe. Debe haber fundamento, no personas emocionadas.
Cada persona que profesa una religión y dice tener fidelidad, debe pensar ¿realmente eres un creyente de Dios? Piensa, si eres un creyente verdadero ¿cómo lo demuestras? ¿los demás están convencidos que lo eres? Cuando de verdad eres un creyente no necesitas tocar corneta, ella suena sola.
2 Corintios 13:5
5 Examínense para saber si su fe es genuina. Pruébense a sí mismos. Sin duda saben que Jesucristo está entre ustedes;[a] de no ser así, ustedes han reprobado el examen de la fe genuina.
Lo material no es lo malo, se convierte en malo cuando lo maldices con tu vida y actitud, si tu lo echas al alfolí con diferencias con tu hermano y malos comportamientos no recibes fruto porque ya con tu vida dañaste la semilla.
¿Cómo reconoces si tienes una fe genuina? Cuando amas a tu prójimo como Dios te lo exige. Porque el que tiene fe tiene a Cristo en él y él ama.
Las pruebas en tu vida nunca las ves como un examen, por lo tanto no la desarrollas y la pasas, sino que lo conviertes en chisme y en murmuración. No has comprendido que es una prueba y por lo tanto no te sientas a desarrollar las respuestas. Las pruebas te llevan a ti a sentarte para responder. Pero tu andas buscando profesores por todos lados para que te ayuden a responder, y resulta que esos profesores no han pasado ni sus propias pruebas y quieren ayudar a otros.
Llevamos todo a lo literal y no a la parte espiritual que es la base. El problema y la prueba siguen porque no se han dedicado a sentarse a escribir la respuesta sino que le echan la culpa al diablo, nunca se han sentado a hacer el examen.
Dios no apoya todo lo que tu haces, sólo deja que lo hagas. Sufres porque no te has rendido completamente a Dios. Sí no sabes que hacer, quédate ahí, porque lo que hagas no te sacará de ese lugar.
Es el momento de que te sientes y le preguntes a Dios qué debes hacer y responder el examen. La paz no es tener relaciones sexuales, dinero o comida, tu paz debe ser Dios, porque el día que no tengas alguno de ellos harás lo que sea para obtenerlo. Si eso es tu paz eres un miserable, porque cuando no lo tengas serás infeliz. Sí, te hace falta el dinero, pero necesitas a quien te lo dio y lo sabe administrar, Dios.
1 Juan 1-5:7
5 Este es el mensaje que oímos de Jesús[c] y que ahora les declaramos a ustedes: Dios es luz y en él no hay nada de oscuridad. 6 Por lo tanto, mentimos si afirmamos que tenemos comunión con Dios pero seguimos viviendo en oscuridad espiritual; no estamos practicando la verdad. 7 Si vivimos en la luz, así como Dios está en la luz, entonces tenemos comunión unos con otros, y la sangre de Jesús, su Hijo, nos limpia de todo pecado.
Nadie se va al cielo por ser evangélico, sino por quien habla su palabra y la vive. No digas lo que dice todo el mundo sino lo que dice Dios.
Juan 1:4-5
4 La Palabra le dio vida a todo lo creado,[a] y su vida trajo luz a todos.
5 La luz brilla en la oscuridad, y la oscuridad jamás podrá apagarla.[b]
La luz verdadera de Jesús te sacó de las tinieblas y si eso sucedió ¿por qué sigues en ellas? Tu debes dar testimonio de la luz verdadera. Y si Jesús te ilumina debe verse.
Tinieblas es igual a pecado, y pecado es igual a Satanás. La luz de Jesús te lleva por el camino correcto. Sí estás en la luz y vives pecando eres un mentiroso y eres hijo de las tinieblas. Sí él te sacó de las tinieblas ¿por qué sigues viviendo en ellas? Cuando tienes la luz ves a Jesús caminando contigo. No es una disciplina cristiana es una vida.
Para un creyente verdadero andar en la luz es su estilo de vida. Puede que estés con muchos que están en tinieblas para tu alumbrarlos, pero resulta que tu no tienes la luz suficiente ni para ti ni para alumbrarlos a ellos.
1 Juan 1-5:7
5 Este es el mensaje que oímos de Jesús[c] y que ahora les declaramos a ustedes: Dios es luz y en él no hay nada de oscuridad. 6 Por lo tanto, mentimos si afirmamos que tenemos comunión con Dios pero seguimos viviendo en oscuridad espiritual; no estamos practicando la verdad. 7 Si vivimos en la luz, así como Dios está en la luz, entonces tenemos comunión unos con otros, y la sangre de Jesús, su Hijo, nos limpia de todo pecado.
Debes ver con claridad. No puedes aprobar algo por lo que ves, sino por lo que escuchas que Dios dice.
Jesús tenía emociones y sentimientos pero las sujetó a la voluntad de Dios para así poder corregir a su familia y salvarlos. No negocies tu salvación, no te preocupes por corregir con la verdad, es preferible perder a una persona que a Dios.
Puedes vivir como cualquier hombre de la tierra, llámese pastor o líder, pero si no vives como Jesús te pierdes. Quien vive como Jesús tiene frutos. Debes recibir el próximo año con Cristo como gobernador y único dueño, ahí tendrás el discernimiento de los que están a tu alrededor, de los que te llaman hermano y no tienen la luz de Jesús. No puedes estar perdido en la luz de Jesús, la cual es agradable y perfecta.
Dios hizo todo, hasta las herramientas usadas por el diablo para tu prueba.
Una de las evidencias de que una persona se ha convertido de verdad es que su estilo de vida revela el carácter de Dios y su voluntad. Que dejaste de hacer tu propia voluntad para hacer la de Dios, esa es la verdadera evidencia, que tus deseos, emociones y voluntades no están por encima del Padre y lo que él quiere.
Un ejemplo claro es cuando quieres ir a un lugar y lo haces sin orarle a Dios para saber si es su voluntad. Y resulta que todo lo que acontece luego son pruebas que no vienen del diablo, sino son resultado de las decisiones que tomaste. Lo que dice que conoces a Dios no es lo que hablas, son tus frutos.
El verdadero cristiano debe dar frutos para que otros coman de ellos. Tu tienes que dar frutos para los demás. Que te vean y digan, este si es un verdadero hijo de Dios, habla, camina, tiene su carácter y vida.
1 Juan 1:6
6 Por lo tanto, mentimos si afirmamos que tenemos comunión con Dios pero seguimos viviendo en oscuridad espiritual; no estamos practicando la verdad.
El diablo respeta a un creyente que se parezca a Jesús no que se congregue en un ministerio o con un pastor cualquiera.
Debes corregir tu vida ya, porque si la muerte te visita no te vas al cielo. Tu vida y frutos son los que garantizan a donde va tu alma si al cielo o al infierno.
Somos unos mentirosos porque hablamos de una unidad, pero no nos queremos, no nos reconocemos ni amamos como familia. Y la familia debe decirse la verdad porque sólo ella es la que va a liberar.
Cuando hay comunión entre hermanos es cuando la sangre de Cristo nos limpia de pecado. La sangre de Cristo no es para tapar pecado sino para revelarlos. No puedes negociar tu salvación con nadie, respetar lo que otros hacen no significa que lo apoyes.
1 Juan 1:5-7
5 Este es el mensaje que oímos de Jesús[c] y que ahora les declaramos a ustedes: Dios es luz y en él no hay nada de oscuridad. 6 Por lo tanto, mentimos si afirmamos que tenemos comunión con Dios pero seguimos viviendo en oscuridad espiritual; no estamos practicando la verdad. 7 Si vivimos en la luz, así como Dios está en la luz, entonces tenemos comunión unos con otros, y la sangre de Jesús, su Hijo, nos limpia de todo pecado.
1 Juan 1-8:9
8 Si afirmamos que no tenemos pecado, lo único que hacemos es engañarnos a nosotros mismos y no vivimos en la verdad; 9 pero si confesamos nuestros pecados a Dios, él es fiel y justo para perdonarnos nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad.
Estos versículos son la evidencia de que eres un verdadero creyente. Confiesa tu pecado ante Dios y el te limpiará de pecados e inequidades. Pecado no reconocido no es perdonado.
Las tinieblas disipan la luz.
Otra de las evidencias que revelan que eres un verdadero cristiano es que eres sensible al pecado en tu vida y lo confiesas para que Dios te lo quite. El problema no es pecar el problema es que no te arrepientas de ello.
Hay mucha diferencia en el creyente que lucha por no pecar y el que se acostumbra a hacerlo. El que lucha y hace todo lo posible para no seguir pecando recibe la intervención de Dios para ayudarlo y que no peque más. Pero el que peca y lo tiene como un estilo de vida Dios lo deja que se hunda en su concupiscencia.
Cuando eres sensible al pecado el Espíritu Santo está ahí para redargüirte, ayudarte a confesarlo y te arrepientas. Que el pecado no sea una costumbre y estilo de vida en tu vida. No vivas en autoengaño.
Hebreos 12:5-7
5 ¿Acaso olvidaron las palabras de aliento con que Dios les habló a ustedes como a hijos? Él dijo:
«Hijo mío, no tomes a la ligera la disciplina del Señor
y no te des por vencido cuando te corrige.
6 Pues el Señor disciplina a los que ama
y castiga a todo el que recibe como hijo»[a].
7 Al soportar esta disciplina divina, recuerden que Dios los trata como a sus propios hijos. ¿Acaso alguien oyó hablar de un hijo que nunca fue disciplinado por su padre?
Se celoso con lo que Dios está haciendo en tu vida, no permitas que otro te contamine y dañe. Dios todo lo que está haciendo es para y por tu bien, porque te ama te corrige y espera que si te ofendes busques arrepentirte y convertirte. Dios te corrige porque te ama. Y castiga a todo el que recibe como hijo. Te recibió como hijo para exhortarte, corregirte y cambiarte. Y sustituir todo lo que no sirve por su vida eterna.
El incrédulo no es el mundano sino el supuesto creyente que su estilo de vida es pecar, para Dios esa persona es inconversa y no es limpia por la sangre de Cristo. Puede pecar sin saberlo porque nunca se ha convertido, no ha sido regenerado por el Espíritu Santo y no mora en él. Solo tiene una religión evangélica pero no una vida. Sigue con el mismo espíritu y las manifestaciones del diablo.
Permítele al Espíritu Santo que te inyecte a Jesús en la sangre.