Revirtiendo la maldición en bendición

 

La bendición está ligada a la obediencia.

El pueblo sabía que la bendición dependía en hacer todo lo que Dios les decía que debían a hacer.

Por eso debes obedecer.

Tienes que descubrir cuáles puertas abres, que en el mundo espiritual permite que el diablo entre, y aunque esté la promesa a la puerta, el diablo se la lleve.

Solo tu tienes el poder para cerrar y abrir las puertas.

La maldición reduce, al que la recibe, a un estado de impotencia. ¿Por qué? Porque tiene la promesa, las habilidades, el dinero, pero no le sale nada, porque es como si estuviese amarrado, siendo incapaz de impedir el efecto.

Una persona que le abre las puertas a la maldición se siente amarrado e incapacitado, por todo lo que está entrando por la puerta que le abrió a la maldición.

Muchos se sienten impotentes por no entender qué sucede.

Hay dos caminos, la maldición y la bendición, tu debes escoger. El pueblo de Israel entendió eso.

Números 22:1-6

Partieron los hijos de Israel, y acamparon en los campos de Moab junto al Jordán, frente a Jericó. Y vio Balac hijo de Zipor todo lo que Israel había hecho al amorreo. Y Moab tuvo gran temor a causa del pueblo, porque era mucho; y se angustió Moab a causa de los hijos de Israel. Y dijo Moab a los ancianos de Madián: Ahora lamerá esta gente todos nuestros contornos, como lame el buey la grama del campo. Y Balac hijo de Zipor era entonces rey de Moab. Por tanto, envió mensajeros a Balaam hijo de Beor, en Petor, que está junto al río en la tierra de los hijos de su pueblo, para que lo llamasen, diciendo: Un pueblo ha salido de Egipto, y he aquí cubre la faz de la tierra, y habita delante de mí. Ven pues, ahora, te ruego, maldíceme este pueblo, porque es más fuerte que yo; quizá yo pueda herirlo y echarlo de la tierra; pues yo sé que el que tú bendigas será bendito, y el que tú maldigas será maldito.

El rey quería que maldijeran al pueblo de Israel porque era poderoso y él tenía miedo. Él sabía que si ellos le abrían la puerta a la maldición no podían tener poder.

El pueblo era una amenaza para el rey. Por eso quería contratar a Balaam para que lo maldijere, porque él se sentía impotente por su poder. Y así ellos pudiesen ser incapaces, impedidos y no pudieran arremeter contra él.

Así muchos se sientes a tu alrededor, impotentes por tu poder. Hoy deslígate de toda maldición. Es hora de despertar espiritualmente. Si tú eres hijo de Dios todo lo que toques debe ser próspero y fructífero.

Levántate y deslígate de toda maldición que quiera impedir tu prosperidad.

Si tú abres brechas y puertas Dios no puede hacer a tu favor.

Levántate en tu espíritu, con una posición de guerra y gallardía y acaba con eso hoy.

Si te sientes frustrado cierra las puertas que haz abierto, tu eres él único que tiene poder para cerrar las puertas, las brechas y portillos.

Hoy Dios decidió revertir la maldición en bendición. Lo que Dios bendice nadie puede maldecir.

Lo que no haz visto hasta hoy, al cerrar las brechas y portillos, lo verás. Pídele perdón a Dios, confiesa que mal hiciste y dile que crees en su bendición.

Porque Dios quiere que tu seas prospero en todo.

Levántate en guerra porque tú eres poderoso en Dios. Te toca a ti cerrar las puertas, reparar los portillos y levantar murallas para que prosperes en todo.

Dios no te va a desamparar.

A ti te pertenece la provisión y la prosperidad, no hay escasez ni maldición porque eso no es para ti.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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