Cuando dices “No marchites tu fe” entendiendo lo que sale de tu boca te das cuenta que tú mismo eres quien hace que la fe se apague o se mantenga viva. Y para los tiempos que se están viviendo debes tener una fe viva y activa. Y para eso debes cuidar lo que tus labios están diciendo.
Cuando caminas en fe confiesas lo que no ves. ¿Para que vas a confesar lo que ves, si la fe es para lo imposible?
Cuando ejerces fe es para obtener algo que está fuera de tu alcance y para eso necesitas a alguien superior para que lo haga. Y por eso va a suceder es lo que tú confieses.
Debes conectar tu boca con el corazón para que la promesa sea ejecutada.
¿La palabra realmente está viviendo en ti? Porque no puedes ser solo un repetidor vano de lo que dice la palabra, es si la palabra permanece en ti, todo lo que pidas será hecho, pero debe permanecer en ti.
No hay nadie que pueda tener la palabra en él y que permanezca en derrota.
La fe no ve lo que esta confesando, hay que salir de lo sensorial, no te muevas por lo que sientes sino por la palabra de Dios.
Tu fe no vas a ir más allá de lo que tú confiesas.
La palabra debe estar en tu boca, pero también en tu corazón. No repitas solo lo que otro dice, debes leer la palabra, confesarla y vivirla.
Romanos 10:8-9
Hay algo que se activa cuando tú confiesas, pero también debes creerlo en tu corazón, debe haber de las dos para que, lo que digas, sea ejecutada. Cuando tú dices algo, tu corazón está reaccionando a eso.
Cuando decretas para bien, tu corazón reacciona, pero cuando decretas para mal también reacciona. Reacciona para creer o para dudar.
Cuando hablas de tus dudas, de tus temores, de que no tienes fe, cuando solo hablas de tus pruebas, tribulaciones, dificultades, o solo de tu falta de dinero y de cosas, estás marchitando la fe de tu corazón. Cuando solo hablas de eso tu corazón reacciona a lo que estás hablando, y pierde la fe en lo que Dios puede hacer.
Si tienes un problema y te unes solo con personas que te soban nunca vas a levantarte.
Si eso sucede la fe de tu corazón se marchita.
Cómo vas a ser un ejemplo de fe para tu generación si no tienes fe en tu casa para esa circunstancias.
Por encima de todo lo que estás viviendo, la palabra de fe tiene que permanecer en tu corazón y no permitirte que sea arrancado.
No ves resultado porque no hay fe en tu corazón.
Debes estudiar la palabra y confesar lo que eres en Cristo abiertamente.
¿Cuántas cosas imposibles crees que necesitas alcanzar? Que no tienes habilidades o destrezas para muchas cosas, pero por encima de eso tienes a un Dios poderoso que puede hacer todo posible.
No puedes hablar solo de lo que no puedes hacer y lo que no tienes, que tu boca hable del Dios poderoso que todo lo puede hacer.
Por encima de lo que el diablo está diciendo debes decir lo que Dios dice.
Dios y tú son los amos de las circunstancias y eso te lo debes creer. No te bajes de tu posición de supremacía ante las circunstancias, estás por encima de eso, solo está esperando que tú le des orden para desaparecer.
Él no va a venir, tu ya lo tienes adentro, así que ya tienes orden Y poder. Activa la confesión de fe para que todo lo que se levante, caiga.
Estás por encima, Dios te hizo mayor que las circunstancias.
Que tus necesidades no callen tu boca ni te hagan retroceder, porque lo que estás viendo es circunstancial y lo que Dios te va a dar es eterno.