Mi conexión con Jesús Parte III

Juan 15:4

Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí.

Tu puedes permanecer en un templo evangélico, y puedes sentirte bien, por el ambiente, las personas que te rodean y amistades que tienes ahí, pero realmente te sientes bien porque la verdad de la palabra no la estás recibiendo, no vas allí para ser transformado, sino porque te sientes bien. Es momento que en cada lugar, hasta en la iglesia católica se hable la palabra de Dios, que confronta e incómoda, pero transforma. Que esté el mensaje de Cristo que gobierna y cambia.

Tu estás obligado a hacer lo que dice la Biblia, asistir a una iglesia evangélica no te garantiza la salvación, debes conocer su palabra y vivirla por encima de lo que sea, así te digan fanático, loco, lo que necesitas es dar frutos, y si dar frutos le causa problema a otros no te preocupes, los sin frutos andan por ahí tratando de arrancar los frutos de otros.

Debes permanecer en él, no es cuando quieras y puedas, es una obligación. Desde que te comprometiste a recibir a Jesús en tu corazón, también te comprometiste a permanecer en él. Por no decir la verdad la gente está en un local metido en el mismo infierno.

Debes repetir la Biblia en tu vida.

No olvides que si no te mueres no puedes ir al cielo, y no es sólo muerte física.

Juan 15:4

Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí.

No puedes dar frutos sino permaneces en él, permanecer en la iglesia no significa que estás permaneciendo en él, lo que dice es los frutos que des.

Puede que te sientas bien con tu conciencia por lo que haces, pero ¿Dios está complacido con lo que vives? Permanecer en él es dar sus frutos y vivir como la palabra te lo exige.

Mediante está comunión y conexión la permanencia de Cristo en ti es segura. Él lo prometió y lo hará, pero debes vivir conectado. Esa comunión nunca se rompe.

Eres el pámpano, pero ese pámpano está en la sepa y la sabia de la sepa permanece en el pámpano, por lo tanto no puedes separarte de Jesús. La sabia es lo que recibes por medio de la conexión. Igual que el cordón umbilical de la mamá hacia el bebé. Puedes estar en un local pero sin sabia, raquítico, desnutrido, sin frutos. Puedes estar en un lugar pero muerto espiritualmente., porque no tienes conexión con Jesús.

Cuando estás conectado siempre hay una comunión con Cristo.

La necesidad de permanecer en Cristo debe ser para dar frutos. Pero ¿Realmente estás conectado con Cristo? Que la verdad te confronte y ofenda. Es más que permanecer en un lugar, quien te pastorea, o donde te encuentres, es que des frutos.

No puedes vencer lo natural con lo natural, es algo espiritual. Debes vivir conectado a la vid.

El pámpano no puede dar frutos por si mismo sino está conectado en la vid, así sucede con los cristianos, tampoco puede dar frutos sino permanece en Cristo.

No es que estés de acuerdo con la palabra o no, es que la palabra te confronta y te cambie.

Los pámpanos producen fruto en virtud de su unión con la sepa, que al estar conectados con ella, reciben la sabía vital para que así puedan ser fructíferos. Así es tu vida con Jesús, Tu vida está en él, fuera de él tendrás muerte espiritual.

El fruto no aparece en la raíz sino en los pámpanos.

Tienes que dar frutos, vivir como Jesús y ganar almas para él.

Juan 15:5

Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, este lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer.

Separado de él nada puedes hacer. Puede que lo que quieras lo logres, pero ¿de qué vale hacerlo si tu vida sin él es como estar muerto?

¿haces lo que él dice, cómo él lo dice y cuando él lo dice? Sino es así, no estás haciendo su voluntad.

2 Timoteo 2:20-21

20 Pero en una casa grande, no solamente hay utensilios de oro y de plata, sino también de madera y de barro; y unos son para usos honrosos, y otros para usos viles. 21 Así que, si alguno se limpia de estas cosas, será instrumento para honra, santificado, útil al Señor, y dispuesto para toda buena obra.

Si te limpias de todo lo que te estorba Dios te usará. Si un utensilio de cocina debe ser lavado antes de usarse para que no contamine la comida, ¿cuánto más Dios debe limpiarte para que seas su instrumento? Tu mente, corazón, vocabulario, vestimenta, vida completa.

Donde entra Cristo todo lo malo empieza a manifestarse.

Si el instrumento se limpia será instrumento para la honra de Dios. Además será santificado, porque mientras más se poda las ramas, más frutos crecen.

Debes reconocer que estás dañado y podrido para que así puedas ser cambiado y transformado.

En el evangelio Dios te pone a servir para algo honroso, por eso te necesita santificado.

Dios es el labrador que te puede quitar toda maleza. Dios es el único que te puede limpiar de todo lo malo.

No podemos llevar ningún fruto separado de él.

Es momento de que pienses ¿Estás dando frutos?

Dios está cansado de su propia iglesia, no de los brujos y santeros, es su mismo pueblo que lo tiene cansado por no vivir y hacer su voluntad, realmente el mundo está así por eso, son consecuencias.

Gálatas 2:20

20 Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.

Cristo es la razón de que estemos hoy aquí. Porque nos dio la vida, nada le debemos a ningún ser humano, sino todo a Jesús.

A parte de Cristo no podemos hacer nada. Podemos trabajar, caminar, respirar pero realmente estamos muertos. Sin él no se puede hacer nada.

Mientras no haya el amor verdadero, lo demás es hipocresía.

Vive con una vida que glorifique al cielo, así la tierra viva endemoniada.

El que piensa que produce frutos de manera espontánea, por lo que hace, trabaja, sabe y conoce, vive una vida engañada que cree que puede producir frutos sin la vid, y la verdad es que nadie puede dar frutos sin Jesús, las cosas materiales no son sinónimo de estar conectado con Jesús, si en el momento de la circunstancia te comportas como impío. Sus frutos son amor, paz, fidelidad, lealtad, gozo, es una vida distinta a los demás en toda momento, que glorifique al cielo.

El que no está en la vid no es cristiano.

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