Los creyentes y el Espíritu Santo

 

Cuando Dios se hace dueño de tu vida él sabe lo que tú necesitas.

Lo importante no es solo que la palabra se cumpla, sino que tú creas lo que ella dice que sucederá.

Cómo hace Dios para enseñar a unos alumnos que no van a la escuela y no quieren aprender.

El Espíritu Santo enseña a los creyentes lo que no puede enseñar ningún educador. Fuiste preparado y formado para colaborar con la educación del ser humano, tanto física como intelectual, pero la formación espiritual supera estás dos educaciones, y solo el Espíritu Santo puede prepararte para lo que necesitas saber en lo espiritual.

La educación de los educadores es para una vida llena de valores con lo intelectual y científico. En cambio el Espíritu Santo es el educador espiritual en la tierra.

Es necesario que un cristiano nacido de nuevo sea también atendido para aprender en la fe del cielo, la fe de la palabra.

La iglesia se ha convertido en una institución terrenal, que quiere hacer todo y de todo, pero sin la guianza del Espíritu Santo que es el maestro de ella.

El profesor de los profesores y el maestro de los maestros no quiere que le entregues un diploma, sino tu vida, tu familia, tu hogar para que él le enseñe y le prepare para el cielo.

El creyente que acaba de nacer necesita crecer a la imagen de Jesús.

La iglesia vive de una manera tan natural que quiere parecerse a todo en la tierra pero no a Jesús, ni al Padre, ni al Espíritu Santo.

Si tú le empiezas a dar la importancia que requiere al Espíritu Santo, tu y tu familia también se ahorrarán muchos problemas en la vida.

Sí el Espíritu Santo se convierte en tu profesor y maestro todo va a ser distinto. No puedes impartir a tus hijos algo que tú mismo no crees.

Sino reeducas a tus hijos con lo del cielo ¿A dónde van a parar? Ya en la calle y en el colegio reciben bastante mundo para que tú también le siembres, tu trabajo es arrancarle todo lo que en la calle se le sembró y sembrarle lo del cielo.

El Espíritu Santo es quien te enseñará todas las cosas, ninguna persona sin él puede hacerlo, solo él puede formar a los verdaderos discípulos.

Juan 14:26 RVR1960

[26] Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho.

Sino conoces lo que dicen las escrituras es porque no te sientas con tu maestro, el Espíritu Santo. Dios no te dejó huérfano ni desorientado, porque te dejó la palabra para que sepas todo, pero cuando no entiendes necesitas al maestro que te explique.

Necesitas poner los pies sobre la tierra y ver hacia adentro.

Jesús no te puede responder lo que le corresponde al Espíritu Santo. Si no te Conectas con la palabra nunca formarás a nadie, sino que deformarás.

Luchas para que a tus hijos no le falte nada de lo natural pero no para que no le falte lo del cielo.

Antes de entrar en el mundo de la fe todo tu aprendizaje era terrenal y por medio de los sentidos, pero lo del cielo se aprende es con una relación y comunión. No puedes meter la enseñanza espiritual con la intelectual, porque la fe no se desarrolla con los sentidos, no puedes creer en el alma y en el cuerpo, sino con el espíritu.

No puedes aprender la palabra con lo intelectual, con el razonamiento, con la lógica, sino con la revelación del Espíritu Santo.

¿Cómo Dios puede formar a alguien que solo aprende con lo intelectual? Quien razona la palabra la cuestiona.

El Espíritu Santo te enseña a seguir a Cristo, lo intelectual te enseña a seguir al hombre.

Te dedicas tanto a lo natural que no te encuentras en la palabra, ella choca contigo y el Espíritu Santo no puede enseñarte. Te conviertes en un obstáculo para ser formado.

Hasta que no seas alumno no puedes ser maestro.

El Espíritu Santo te lleva siempre a agradar a Dios por encima de todos los seres humanos.

Solo el Espíritu Santo puede hacerte entender el valor que tienes. Sí entendieras eso nada pudiera deprimirte, entristecerte, ahogarte, porque tú verdadero valor te lo da el cielo, pero tú lo buscas en la tierra.

Toda persona sin Cristo tiene un futuro incierto, pero con él tu futuro es el cielo.

El Espíritu Santo hace que te enamores de Jesús.

Cuando agradas al Padre es que encuentras tu verdadera identidad.

Le pides a Dios que haga su voluntad en tu vida, pero no esperas que él te hable para saber qué debes hacer o cuando te habla no obedeces.

La tierra no puede ejecutar la voluntad de Dios en tu vida si tú no tienes relación con el cielo.

Primero fue lo espiritual y luego lo natural.

Hasta que no te despegues de lo natural seguirás hablando naturalmente, no podrás hablar lo espiritual y hablarle lo espiritual a los necesitados.

El Espíritu Santo no va a levantar a los evangélicos al cielo, sino a los que se parecen a Cristo.

No puedes escuchar a una persona que la palabra no le funcione, que su testimonio no predique lo que habla.

Jesús tenía todo lo del cielo en la tierra, pero necesitaba aprender algo en la tierra y para eso necesitaba formación.

El desierto es necesario para poder producir fruto, sino produce frutos no aprendiste nada en él.

Lucas 2:41-51 RVR1960

[41] Iban sus padres todos los años a Jerusalén en la fiesta de la pascua; [42] y cuando tuvo doce años, subieron a Jerusalén conforme a la costumbre de la fiesta. [43] Al regresar ellos, acabada la fiesta, se quedó el niño Jesús en Jerusalén, sin que lo supiesen José y su madre. [44] Y pensando que estaba entre la compañía, anduvieron camino de un día; y le buscaban entre los parientes y los conocidos; [45] pero como no le hallaron, volvieron a Jerusalén buscándole. [46] Y aconteció que tres días después le hallaron en el templo, sentado en medio de los doctores de la ley, oyéndoles y preguntándoles. [47] Y todos los que le oían, se maravillaban de su inteligencia y de sus respuestas. [48] Cuando le vieron, se sorprendieron; y le dijo su madre: Hijo, ¿por qué nos has hecho así? He aquí, tu padre y yo te hemos buscado con angustia. [49] Entonces él les dijo: ¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que en los negocios de mi Padre me es necesario estar? [50] Mas ellos no entendieron las palabras que les habló. [51] Y descendió con ellos, y volvió a Nazaret, y estaba sujeto a ellos. Y su madre guardaba todas estas cosas en su corazón.

¿Cuál maestro está formando a tus hijos y a ti?

Si tú instruyes a tus hijos en el camino correcto, así tú te desenfoques, ellos no lo harán.

No sueltes tu responsabilidad como padre a nadie, porque esa responsabilidad es tuya.

Jesús, aunque se perdió en la fiesta él regresó a donde debía estar, él sabía cuál era su lugar. Y fue porque sus padres fueron responsables de presentarle a su hijo al Dios del cielo, a su Padre. Él, a pesar de estar perdido en un lugar, regresó al templo porque era a donde sus padres siempre le llevaban.

¿Qué tanta distracción tienen tus hijos que Jesús no puede llenarlos? Y no porque no sea suficiente para hacerlo sino que como padre no tienes la responsabilidad de presentárselo.

Lucas 2:52 RVR1960

[52] Y Jesús crecía en sabiduría y en estatura, y en gracia para con Dios y los hombres.

Dale todo lo que necesitan tus hijos, pero no le saques a Dios, porque serás responsable de que ellos se pierdan.

¿Estás preparando a tus hijos para la tierra o para el cielo?

Deja de invertir tanto en ti e invierte en tus hijos, lo que tienes hoy es lo que haz formado.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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