La Identidad

 

Dios puede cambiar el destino de una persona. No importa lo que el hombre puede decir sino lo que Dios ya dijo y determinó para ti.

 

Sí quieres saber cuál es tu identidad en Cristo es momento de buscarlo y conocerlo.

 

Lo primero que el diablo ataca es la mente de una persona para confundirlo y quitarle la identidad que Dios le dió.

 

¿Qué te va a hacer saber quién eres tú? Saber de dónde vienes, quién eres y a dónde vas. Muchas personas se sienten confundidas porque no saben quienes son.

 

¿Sabes quién eres tú realmente y cuál es tu propósito en esta tierra?

 

Juan 1:19-23 RVR1960

[19] Este es el testimonio de Juan, cuando los judíos enviaron de Jerusalén sacerdotes y levitas para que le preguntasen: ¿Tú, quién eres? [20] Confesó, y no negó, sino confesó: Yo no soy el Cristo. [21] Y le preguntaron: ¿Qué pues? ¿Eres tú Elías? Dijo: No soy. ¿Eres tú el profeta? Y respondió: No. [22] Le dijeron: ¿Pues quién eres? para que demos respuesta a los que nos enviaron. ¿Qué dices de ti mismo? [23] Dijo: Yo soy la voz de uno que clama en el desierto: Enderezad el camino del Señor, como dijo el profeta Isaías.

 

Juan sabía quién era él y quién lo había enviado. Él era lo que la palabra ya le había dicho que iba a ser.

 

Juan sabía cuál era su identidad y sabía que nadie podía cambiar lo que Dios ya había dicho de él. Él sabía quién era y para qué había venido Porque ya la palabra se lo había profetizado.

 

Es necesario que sepas con cuál propósito Dios te envió a la tierra. Porque si no lo conoces el diablo tranquilamente te puede confundir, dañar y matar.

 

Si tu identidad no está bien puesta en lo que Cristo ya plantó en ti, lo que diga el mundo te lo vas a creer.

 

Quizá viviste mucho tiempo pensando que lo que tenías era que vivir la vida porque al morir no ibas a llevarte nada y nada iba a pasar después de eso, y esa mentira aún tiene a muchos cautivos y engañados.

 

Jesús siempre supo quién era y a qué venía a al tierra. Él tenía su identidad y la conocía.

 

El diablo puede engañarte fácilmente por no conocer la palabra que es la que puede sacar la mentira y poner la verdad en ti.

 

Una de las mentiras que el diablo pudo meterte en tu mente es que solo vales lo que tienes y posees. Porque imagina que pierdas todo lo que posees, ¿pierdes tu identidad? La identidad que tienes no puede ser algo que se pierde o puede ser reemplazable. Tu eres lo que dice Cristo que eres, no lo que el mundo dice. Sino sabes cuál es tu identidad el diablo fácilmente puede meterte una mentira y manejarte cómo un títere fácilmente.

 

Conforme a lo que tú crees conforme a eso vas a vivir. El hombre vive conforme a lo que cree.

 

Cuando llegas a Cristo Dios llega a darte una nueva identidad. Más allá de lo que el mundo y el diablo quiso poner en ti.

 

No eres casualidad ni producto de una accidente, viniste al mundo porque Dios así lo quiso.

 

Mateo 4:6-7 DHH94I

[6] y le dijo: —Si de veras eres Hijo de Dios, tírate abajo; porque la Escritura dice: “Dios mandará que sus ángeles te cuiden. Te levantarán con sus manos, para que no tropieces con piedra alguna.” [7] Jesús le contestó: —También dice la Escritura: “No pongas a prueba al Señor tu Dios.”

 

El diablo en medio de la tentación quiso confundir a Jesús de quién era.

 

Lo que el diablo le había arrancado al hombre, Jesús lo recuperó para dárselo de nuevo.

 

El hombre muchas veces ora y corre detrás de la bendición en vez de esperar el tiempo de Dios para recibirlo y no dañarse.

 

Aunque unos creyesen y otros no, no cambiaron lo que Dios dijo de él. Así pasa en tu vida, lo que diga o no el mundo no cambia lo que Dios ya dijo de ti.

 

Tu identidad no se define tampoco en lo que eres o lo que se ve, el mundo te da una identidad para atarte a él y luego matarte, pero Dios te da una identidad para atarte al cielo y darte vida en abundancia.

 

La verdad de Dios te da vida, la del mundo te mata.

 

Cuando Dios fue a elegir al próximo rey de Israel todos los ojos estaban puestos en los hijos grandes y bien parecidos de Isaí, y los ojos de Dios estaban puestos en David, a los que muchos menospreciaban, pero el tenía un corazón que Dios quería.

 

Dios hizo rey al que muchos despreciaban, a un cuidador de ovejas, pero lo que Dios dijo se cumplió, preparó el escenario y puso las cosas necesarias.

 

Otro ejemplo fue José, al que sus hermanos vendieron como esclavo. Llegó a ser lo que Dios dijo que sería. Dios hizo que se cumpliera la identidad que había dicho desde el cielo para él.

 

Te preguntarás ¿Señor cuál es mi identidad?

 

2 Corintios 5:17 RVR1960

[17] De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.

 

Si tú has tenido un pasado vergonzoso eso no te define, porque Dios te toma y te hace de nuevo. Aunque el mundo te haya tenido como algo despreciable Dios te da valor.

 

Ningún psicólogo puede definir lo que Dios ya dijo de ti, debes vencer toda esa mentira que el diablo te pone.

 

Cuando Dios cambia tu identidad y empiezas a vivir conforme a ello las personas van a querer recordarte lo que no eras y te dará risa. Porque conociste tu verdadera identidad.

 

El nombre de una persona en los tiempos antiguos de la biblia definía quién era esa persona.

 

Génesis 17:5-6 RVR1960

[5] Y no se llamará más tu nombre Abram, sino que será tu nombre Abraham, porque te he puesto por padre de muchedumbre de gentes. [6] Y te multiplicaré en gran manera, y haré naciones de ti, y reyes saldrán de ti.

 

¿cómo Abraham iba a ser padre de muchos si no tenía hijos y su esposa era estéril? Dios fue y cambió su nombre y cambió su historia también. Así vino a hacer contigo, vino a cambiar tu nombre, porque Dios cambia desde adentro no desde afuera.

 

Tu estás en la tierra por voluntad de él.

 

Jeremías 1:5 RVR1960

[5] Antes que te formase en el vientre te conocí, y antes que nacieses te santifiqué, te di por profeta a las naciones.

 

Porque antes de que nacieras ya Dios te había dado identidad e historia. Y si ya está firmado en el cielo nadie puede cambiar eso, solo tu si le crees a satanás y no a Dios.

 

Es momento de cambiar tu mentalidad para que así cambie tu identidad en él.

 

Lo primero que tienes que tener en cuenta es que eres hijo de Dios, que no vienes de la tierra sino del Padre y el propósito será puesto en el camino. Tu identidad no puede ser cambiada, eres hijo de Dios y vienes del cielo para cumplir el propósito de él en la tierra.

 

El diablo no quiere que conozcas tu identidad para que no puedas comprender lo que tú puedes hacer. Por eso pone estorbos ante ti para que no puedes hacer nada con orar, ayunar o buscar a Dios. Y no es porque el diablo tenga la verdad, sino que él conoce la verdad del cielo y por eso ataca tu identidad en Cristo. Es momento de empoderarte de quién eres y de quién eres hijo y todo lo que él puede hacer en ti y por ti.

 

Tienes que apoderarte de la verdad y no dejarte engañar. Eres hijo de Dios, esa es la verdad.

 

Cuando llegas a Cristo tienes una nueva identidad y un nuevo nombre.

 

Génesis 32:24-29 RVR1960

[24] Así se quedó Jacob solo; y luchó con él un varón hasta que rayaba el alba. [25] Y cuando el varón vio que no podía con él, tocó en el sitio del encaje de su muslo, y se descoyuntó el muslo de Jacob mientras con él luchaba. [26] Y dijo: Déjame, porque raya el alba. Y Jacob le respondió: No te dejaré, si no me bendices. [27] Y el varón le dijo: ¿Cuál es tu nombre? Y él respondió: Jacob. [28] Y el varón le dijo: No se dirá más tu nombre Jacob, sino Israel; porque has luchado con Dios y con los hombres, y has vencido. [29] Entonces Jacob le preguntó, y dijo: Declárame ahora tu nombre. Y el varón respondió: ¿Por qué me preguntas por mi nombre? Y lo bendijo allí.

 

Nuevamente Dios cambió el nombre de un hombre para con Jacob quien recibió una nueva identidad.

 

Daniel 1:6-8 NVI

[6] Entre estos jóvenes se encontraban Daniel, Ananías, Misael y Azarías, que eran de Judá, [7] y a los cuales el oficial en jefe les cambió el nombre: a Daniel lo llamó Beltsasar; a Ananías, Sadrac; a Misael, Mesac; y a Azarías, Abednego. [8] Pero Daniel decidió no contaminarse con la comida y el vino del rey, así que pidió permiso al oficial en jefe para no contaminarse.

 

En esta oportunidad a estos hombres otro hombre intentó cambiar sus nombres, pero su identidad en Dios permanecía y era superior. Aunque su nombre había sido cambiado su identidad no se había cambiado, en Daniel cambiaron un nombre, pero no lo que él era por dentro.

 

¿Qué nombre tienes y dice tu cédula? Ese no es tu nombre realmente sino el que Dios te dio desde el cielo.

 

La palabra dice que eres la sal de la tierra, la luz del mundo, testigo de grandes cosas, hijo de Dios, te escogió y no te desechó, viniste a la tierra con el propósito que Dios te impuso. Tienes una identidad en Cristo.

 

¿Quieres conocer tu propósito? Sigue leyendo su palabra y él te dirá para qué estás aquí.

 

Aduéñate de tu identidad y cree lo que Dios ya dijo de ti y quién eres.

 

Dios tiene grandes cosas para ti.

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