Lo que suceda no va a ser por mano de un hombre sino de Dios, cuando pones la confianza en un hombre le estás quitando el poder del Padre. El hombre es solo un instrumento, es Dios detrás de cualquier hombre.
El que espera del hombre terminará decepcionado pero el que espera de Dios lo que él le prometió.
Salmos 146:3-10 DHH94I
[3] No pongan su confianza en hombres importantes, en simples hombres que no pueden salvar, [4] pues cuando mueren regresan al polvo, y ese mismo día terminan sus proyectos. [5] Feliz quien recibe ayuda del Dios de Jacob, quien pone su esperanza en el Señor su Dios. [6] Él hizo cielo, tierra y mar, y todo lo que hay en ellos. Él siempre mantiene su palabra. [7] Hace justicia a los oprimidos y da de comer a los hambrientos. El Señor da libertad a los presos; [8] el Señor devuelve la vista a los ciegos; el Señor levanta a los caídos; el Señor ama a los hombres honrados; [9] el Señor protege a los extranjeros y sostiene a los huérfanos y a las viudas, pero hace que los malvados pierdan el camino. [10] Oh Sión, el Señor reinará por siempre; tu Dios reinará por todos los siglos. ¡Aleluya!
No es el hombre quien cambia las circunstancias, es Dios quien tiene la potestad de Dios sobre el hombre. Y quién puede ser usado es el que ora y le busca.
Cuando tú entiendes que fue Dios el que creó el cielo y la tierra, e hizo todo lo que tú mismo puedes ver. Qué cosa no podría hacer por ti si le buscarás, si orarás, si te entregaras un poco más.
El hombre cree que puede hacer algo con su propia fuerza y deja a Dios de último como último recurso. Cuando debería ser lo primero, porque desde el momento que clamas y pides a él antes de hacer algo él te direcciona y te guía a su voluntad.
Cuando tú dejas tu lado humano y empiezas a creer en Dios, que no es por tu fuerza sin con las de Dios todo se mueve. Cuando los hombres de la biblia iban a una batalla le pedían a Dios para tener la victoria e iban con los ojos cerrados porque él les daba la victoria antes.
Solamente Dios hace lo imposible posible, no debería ser tu último recuerdo sino lo primero para obtener victoria. Decirle “Señor quiero hacer esto, tu estás de acuerdo?” y él te dirá si sí o sino, te ayudará y dará los recursos. Lo que Dios promete, cumple.
Dios al pueblo de Israel antes de pasar por el desierto le dio promesas, y durante esos 40 años que los preparó solo vieron destellos hasta que estuvieron preparados y vieron todo lo que Dios prometió, no hubo nada que faltara.
Josué 21:45 RVR1960
[45] No faltó palabra de todas las buenas promesas que Jehová había hecho a la casa de Israel; todo se cumplió.
Al único que debes creer que hará todo lo que te dijo es Dios.
No es fácil siempre vivir por fe o confiar. Pero cuando estás así es por falta de percepción espiritual. En vez de estar pendiente de lo que te falta debes estar enfocado en lo que Dios ha dicho, que todo te lo dará de acuerdo a sus riquezas en gloria, que todo lo que hiciere tu mano prosperará o que él te dio el poder de hacer riquezas.
Es lo que Dios puede hacer por medio de su poder. Necesitas de la oración y la palabra, las dos van unidas, la palabra debe estar sustentada de la oración y la oración de la palabra.
Cuando Dios te da la palabra no confíes en el hombre sino en lo que Dios puede hacer por medio de ellos.
Clama a Dios y él hará.
El problema está en que cuando alguien te ataca quieres atacar a la persona, pero tienes que atacar es al espíritu que opera en esa persona.
Confía en Dios que el puede hacer en su tiempo y en su momento, confía en él y él hará. Lo que esperan en Dios son bienaventurados y del cielo recibirán, solo te queda esperar.
Todo en lo que tú confíes que no sea Dios primeramente te va a causar una caída.
Si tú realmente te quieres apoyar en una persona piensa en apoyarte primero de Dios.
Lo que falta es que confíes en Dios.
El hombre es un canal de bendición por parte de Dios, pero no dependas de ese hombre, el Dios que tiene ese hombre unido también es tú Dios, así que evita poner la confianza en el hombre porque es Dios quien hace en él.
Isaías 17:5-8 RVR1960
[5] Y será como cuando el segador recoge la mies, y con su brazo siega las espigas; será también como el que recoge espigas en el valle de Refaim. [6] Y quedarán en él rebuscos, como cuando sacuden el olivo; dos o tres frutos en la punta de la rama, cuatro o cinco en sus ramas más fructíferas, dice Jehová Dios de Israel. [7] En aquel día mirará el hombre a su Hacedor, y sus ojos contemplarán al Santo de Israel. [8] Y no mirará a los altares que hicieron sus manos, ni mirará a lo que hicieron sus dedos, ni a los símbolos de Asera, ni a las imágenes del sol.
Quien confía en Dios no se preocupa por lo que pasa porque su confianza está en Jehová.
Luego de haberte enseñado, Jehová te mostrará su gloria y poder.
Isaías 31:1-9 RVR1960
[1] ¡Ay de los que descienden a Egipto por ayuda, y confían en caballos; y su esperanza ponen en carros, porque son muchos, y en jinetes, porque son valientes; y no miran al Santo de Israel, ni buscan a Jehová! [2] Pero él también es sabio, y traerá el mal, y no retirará sus palabras. Se levantará, pues, contra la casa de los malignos, y contra el auxilio de los que hacen iniquidad. [3] Y los egipcios hombres son, y no Dios; y sus caballos carne, y no espíritu; de manera que al extender Jehová su mano, caerá el ayudador y caerá el ayudado, y todos ellos desfallecerán a una. [4] Porque Jehová me dijo a mí de esta manera: Como el león y el cachorro de león ruge sobre la presa, y si se reúne cuadrilla de pastores contra él, no lo espantarán sus voces, ni se acobardará por el tropel de ellos; así Jehová de los ejércitos descenderá a pelear sobre el monte de Sion, y sobre su collado. [5] Como las aves que vuelan, así amparará Jehová de los ejércitos a Jerusalén, amparando, librando, preservando y salvando. [6] Volved a aquel contra quien se rebelaron profundamente los hijos de Israel. [7] Porque en aquel día arrojará el hombre sus ídolos de plata y sus ídolos de oro, que para vosotros han hecho vuestras manos pecadoras. [8] Entonces caerá Asiria por espada no de varón, y la consumirá espada no de hombre; y huirá de la presencia de la espada, y sus jóvenes serán tributarios. [9] Y de miedo pasará su fortaleza, y sus príncipes, con pavor, dejarán sus banderas, dice Jehová, cuyo fuego está en Sion, y su horno en Jerusalén.
¿Quién es el que te va a salvar sino Dios? Dios está apunto de hacer algo.
Caerá el malo pero no por espada de hombre sino la mano de Dios.
Porque lo que Dios prometió en tu vida lo va a cumplir, pero no por tus habilidades, destrezas, estrategia o inteligencia, sino por sus fuerzas.
La fuerzas para que pasen las cosas no viene del hombre sino las de Jehová.
El poder de Dios no tiene límites para hacer las cosas. La oración de un hombre puede trastornar el mundo entero.
2 Crónicas 16:2-3, 7 RVR1960
[2] Entonces sacó Asa la plata y el oro de los tesoros de la casa de Jehová y de la casa real, y envió a Ben-adad rey de Siria, que estaba en Damasco, diciendo: [3] Haya alianza entre tú y yo, como la hubo entre tu padre y mi padre; he aquí yo te he enviado plata y oro, para que vengas y deshagas la alianza que tienes con Baasa rey de Israel, a fin de que se retire de mí.
[7] En aquel tiempo vino el vidente Hanani a Asa rey de Judá, y le dijo: Por cuanto te has apoyado en el rey de Siria, y no te apoyaste en Jehová tu Dios, por eso el ejército del rey de Siria ha escapado de tus manos.
Se apoyo del hombre y no de Dios y por eso perdió. Cuando ya había vencido por el poder de Dios de su lado.
2 Crónicas 16:8-9 RVR1960
[8] Los etíopes y los libios, ¿no eran un ejército numerosísimo, con carros y mucha gente de a caballo? Con todo, porque te apoyaste en Jehová, él los entregó en tus manos. [9] Porque los ojos de Jehová contemplan toda la tierra, para mostrar su poder a favor de los que tienen corazón perfecto para con él. Locamente has hecho en esto; porque de aquí en adelante habrá más guerra contra ti.
Sí Dios te manda a hacer algo pero no te dice que te alíes con alguien no lo hagas porque puedes caer en maldición.
El problema no está en la alianza sino en preguntarle a Dios si esa es su voluntad. Más vale la bendición de Jehová en lo poco que lo mucho sin Jehová.
2 Crónicas 16:12-13 RVR1960
[12] En el año treinta y nueve de su reinado, Asa enfermó gravemente de los pies, y en su enfermedad no buscó a Jehová, sino a los médicos. [13] Y durmió Asa con sus padres, y murió en el año cuarenta y uno de su reinado.
Buscar un médico al estar enfermo no está mal, es no primero buscar a Dios y poner su confianza en él para que el médico pueda hacer y Dios haga lo que él no.
Sí Jehová no está contigo sea mucho o poco lo que tú tengas, no sirve de nada, Dios es el que bendice y multiplica.
No le pidas al hombre sino a Dios, no dudes en lo que Él puede hacer.
David es un gran ejemplo de confiar en Dios.
2 Reyes 1:1-4 RVR1960
[1] Después de la muerte de Acab, se rebeló Moab contra Israel. [2] Y Ocozías cayó por la ventana de una sala de la casa que tenía en Samaria; y estando enfermo, envió mensajeros, y les dijo: Id y consultad a Baal-zebub dios de Ecrón, si he de sanar de esta mi enfermedad. [3] Entonces el ángel de Jehová habló a Elías tisbita, diciendo: Levántate, y sube a encontrarte con los mensajeros del rey de Samaria, y diles: ¿No hay Dios en Israel, que vais a consultar a Baal-zebub dios de Ecrón? [4] Por tanto, así ha dicho Jehová: Del lecho en que estás no te levantarás, sino que ciertamente morirás. Y Elías se fue.
Eligió consultar a un vidente del diablo que a Dios. Por haber consultado a quien no debía, murió. Confío en un Dios pagano en vez que al Dios de Israel.
También hay peligro en confiar en un hombre famoso de Dios. Y la culpa no es de Dios ni del hombre, sino de la persona que confía en ese hombre y olvidar a Dios. La unción en un hombre no confirma que este bien con Dios, pues Dios puede usar a un hombre estando en pecado, por amor de un pueblo. La unción no asegura la salvación ni te asegura que ese hombre este bien delante de Dios. Porque todo lo que tienes viene de parte de Dios.
Puede que tú oración haga más que la de otro hombre, pero no lo sabes porque primero confías en la oración de ese hombre con Dios en vez de intentar orarle tu primero a Dios.