Génesis 3:17
17 Y al hombre dijo: Por cuanto obedeciste a la voz de tu mujer, y comiste del árbol de que te mandé diciendo: No comerás de él; maldita será la tierra por tu causa; con dolor comerás de ella todos los días de tu vida.
El hombre que permanece en obediencia a la palabra de Dios es quien mantiene la conexión a toda la bendición que Adán tubo en el huerto del Edén.
Dios se encargó de darle todo al hombre para tener una vida plena.
Adán fue quien primero gozo de la fructificación y multiplicación y todo producía fruto para que él tuviese todo, pero su desobediencia hizo que lo perdiera.
Después de tener todo, tuvo que trabajar para ganarse lo que necesitaba con el sudor de su frente.
Hay una bendición que está ligada con la presencia de Dios y mientras estés en esa presencia todo lo que un día fue de Adán te tiene que perseguir. Dios tiene un pacto contigo, lo que tengas o no es culpa tuya no de otro.
Todo lo que necesitas está en el cielo, y si lo perdiste es porque primero perdiste la presencia de Dios. Nadie tiene escasez si tiene a Dios, pero si se presenta en tu vida, es porque primero dejaste su presencia, y eso es tu responsabilidad.
Dios te dio la habilidad para que tengas todo lo que necesitas.
La esencia de Dios es amor, pero a nadie obliga, todo es voluntario, debes saber que todo lo que necesitas lo tiene Dios.
Nunca te compares con un mundano, porque así tenga todo el dinero del mundo no tiene lo principal, a Dios. En cambio, tu puedes tener alguna escasez en tu vida, pero tranquilo que si tienes a Dios, en él hay todo.
Tu identidad y ADN debe ser y es el de Dios.
A Adán Dios le dio todo para que él viviera bien, él le dijo lo que tenia que hacer y qué le prohibía, todo dependía de una decisión.
El árbol del bien y del mal está al alcance de todos. Eso que Dios te prohíbe está a tu alcance, sin embargo también te dice que no lo tomes porque morirás. Sólo debes tomar una decisión, obedecer o desobedecer.
Adán desobedeció y perdió Todo, y lo más importante, perdió la presencia de Dios.
Por ejemplo, como en Adán era no tomar del árbol prohibido, en Sansón la obediencia era no cortarse el cabello. Y en cada uno está mucho que debe obedecer.
Lo que puedes conseguir en un momento de oración lo puedes perder en un momento de desobediencia.
Cuando desobedeces tu corazón comienza a endurecer para desobedecer todo lo que venga de Dios.
Sí permaneces en obediencia a él y a su Palabra, todo lo que Adán tubo en el Edén será tuyo, pero todo depende de una decisión, obedecer o no.