Palabra de diezmo y ofrenda
Líder Mileiddy Ledezma
En la abundancia es fácil hacer fiesta, difícil es hacerlo en el desierto, pero ahí es donde Dios conoce que hay en ti.
Deuteronomio 8:1-2 RVR1960
[1] Cuidaréis de poner por obra todo mandamiento que yo os ordeno hoy, para que viváis, y seáis multiplicados, y entréis y poseáis la tierra que Jehová prometió con juramento a vuestros padres. [2] Y te acordarás de todo el camino por donde te ha traído Jehová tu Dios estos cuarenta años en el desierto, para afligirte, para probarte, para saber lo que había en tu corazón, si habías de guardar o no sus mandamientos.
Está palabra tiene una condición. No pongas solo una parte de la biblia en práctica sino todo, es ahí donde se activará las promesas de Dios. La provisión está abierta a la obediencia. Tu conquista también está sujeta a la obediencia. Sabes lo que Dios promete, pero lo que no haces es obedecer en el transcurrir entre la promesa hasta su cumplimiento.
Tienes que obedecer desde que se te da la promesa hasta su cumplimiento.
Lo primero que tú dices en el momento de la prueba y la escasez es lo que le dice a Dios lo que hay en tu corazón.
Dios prueba tu corazón y te hace un examen. Dios permite todo como medida disciplinaria para poder probar tu corazón. Lo que Dios te prometió es para corazones maduros y preparados. Lo que le dice a Dios que calificas es lo que sale de tu boca. El dirá “hijo dejaste de ser niño, toma lo que te prometí”.
El hijo pródigo hizo un desastre con lo que le tocaba, ¿quién lo dijo? El desastre que hizo con lo que recibió.
Dios te prepara, y empieza a afligirte y probarte, para que tú entiendas qué hay en tu corazón. Desde hoy debes crecer y madurar.
Era injusto que tuviesen necesidad pero también era injusto que despilfarraran lo que habían recibido de Dios.
Dios lo permitió para disciplinarte.
Dios quiso quitarte las muletas de tus habilidades para que entendieras que sin tus habilidades él te va a dar porque es tu papá. Tu provisión viene de Dios.
Háblale a la escasez, porque no solo de pan vive el hombre dice la palabra. Y también debe entender mamón que no le rindes pleitesía al dinero.
Debes tenerle temor reverente a Dios.
Te disciplinó porque te vio como niño, pero ahora que alcanzaste la madurez te entregará todo.
Deuteronomio 8:3-10 RVR1960
[3] Y te afligió, y te hizo tener hambre, y te sustentó con maná, comida que no conocías tú, ni tus padres la habían conocido, para hacerte saber que no solo de pan vivirá el hombre, mas de todo lo que sale de la boca de Jehová vivirá el hombre. [4] Tu vestido nunca se envejeció sobre ti, ni el pie se te ha hinchado en estos cuarenta años. [5] Reconoce asimismo en tu corazón, que como castiga el hombre a su hijo, así Jehová tu Dios te castiga. [6] Guardarás, pues, los mandamientos de Jehová tu Dios, andando en sus caminos, y temiéndole. [7] Porque Jehová tu Dios te introduce en la buena tierra, tierra de arroyos, de aguas, de fuentes y de manantiales, que brotan en vegas y montes; [8] tierra de trigo y cebada, de vides, higueras y granados; tierra de olivos, de aceite y de miel; [9] tierra en la cual no comerás el pan con escasez, ni te faltará nada en ella; tierra cuyas piedras son hierro, y de cuyos montes sacarás cobre. [10] Y comerás y te saciarás, y bendecirás a Jehová tu Dios por la buena tierra que te habrá dado.
Te disciplinó y maduraste para recibir.
Todo debe estar sujeto a la obediencia, no estás para escoger qué obedecer y qué no, es obedecer en todo. Sí quieres gozar las bendiciones de Dios a plenitud debes madurar el corazón y tu vida espiritual.
Corres peligro cuando te enamoras de la bendición y te alejas de Dios.