El Poder de la unificación de la alabanza

Debemos ser una alabanza ambulante, que por donde pases vayas sacando adoración de ti, que en medio de la escasez tu alabes, que en medio de la circunstancia tu alabes, y así obtendrás lo que es tuyo, la victoria. Que el diablo en medio de tu alabanza no entienda porque estás gozoso y no derrotado.

Cuando tu alabas, Dios le dice al diablo que te suelte.

Hay que estar loco para que en medio del problema y la circunstancia tu alabes, pero eso es creer en Dios, porque pase lo que pase debes darle gloria al Padre. Debes ver la bendición de lo que sucede y no el problema. Hay que ser loco para eso, pero Dios busca a locos que le crean.

En medio de la alabanza algo pasa. Sólo debemos creer y mantener lo que Dios va a hacer.

En Venezuela comenzará el último avivamiento, se extenderá a todas las naciones y ahí vendrá el fin.

Todo el mundo habla de lo que ocurrió y nadie de lo que va a ocurrir. Hemos pasado por muchos procesos que lo que han hecho es prepararnos para lo que viene.

Debemos obedecer para ver, no esperar ver para obedecer.

Hay algo sobrenatural que ocurre en la unificación de la alabanza. Cuando en un grupo de músicos uno se distorsiona en la melodía deja de ser una melodía, deben estar todos armónicos. Cuánto más debe ser así para Dios.

La unificación sucede cuando el que toca la guitarra está Santo igual que el instrumento, no es cuestión de marca sino de quién la toque. Cuando no está santificado quien alaba, lo que suena no llega a Dios, sino al diablo. Es cuestión de vida para que él diablo se atormente y Dios reciba la alabanza.

La responsabilidad de los adoradores es tan importante que cuando empezaron a alabar a Dios, los sacerdotes no podían entrar al templo, porque esa alabanza producía tanta unción y gloria, que si el que entraba no estaba consagrado moría de inmediato.

2 crónicas 5:13-14

13 cuando sonaban, pues, las trompetas, y cantaban todos a una, para alabar y dar gracias a Jehová, y a medida que alzaban la voz con trompetas y címbalos y otros instrumentos de música, y alababan a Jehová, diciendo: Porque él es bueno, porque su misericordia es para siempre; entonces la casa se llenó de una nube, la casa de Jehová. 14 Y no podían los sacerdotes estar allí para ministrar, por causa de la nube; porque la gloria de Jehová había llenado la casa de Dios.

Dios danza en la alabanza, cuando se recupera lo que el diablo se robó.

Todo unificadamente, en un solo ritmo y entonación se puso a la orden de Dios. Cuando hay unificación Dios actúa a tu favor.

Es hermoso cuando tu adoras, conoces a quien adoras y sabes para qué lo estás haciendo.

Toda persona que sabe que tiene un Dios fiel no puede permanecer callado, sino que alaba a Dios. Un hijo ve que en medio del proceso y del problema Dios lo está preparando y formando para lo que viene, por eso alaba.

La alabanza produce un resultado, un cambio, una solución, si Dios en medio del problema, la circunstancia o enfermedad te saca una alabanza, todo acaba.

La alabanza cambia circunstancias.

Imagina que en medio de tu alabanza, así no tengas la mejor voz, pase algo, porque lo que mueve a Dios no es tu voz, sino tu corazón. Cuando alabas, sin importar donde estés, suceden cosas sobrenaturales, los hijos cambian, la familia cambia, la vida cambia.

Dios debe acomodarte a ti para que tu acomodes al que está torcido.

Los instrumentos entonaban la alabanza a Dios y cantaban a Dios. Cuando Dios vio que los instrumentos eran santos y quien los tocaba también, dejó su trono y los visitó.

Es un espíritu, y ese espíritu lo obtienes con una vida.

La casa y el templo se llenó de una nube de gloria y de la presencia de Dios. Tu casa es tu corazón, y ahí descenderá la presencia de Dios, cuando eso suceda nada del mundo lo podrá llenar.

Sí todos nos llenamos de la presencia de Dios, Él mismo hará presencia y todos caeremos de rodillas para alabarlo.

Cualquier cosa que llame la atención, que no sea para alabar a Dios y al Espíritu Santo, hay que evaluarlo.

2 crónicas 20:15-22

15 y dijo: Oíd, Judá todo, y vosotros moradores de Jerusalén, y tú, rey Josafat. Jehová os dice así: No temáis ni os amedrentéis delante de esta multitud tan grande, porque no es vuestra la guerra, sino de Dios. 16 Mañana descenderéis contra ellos; he aquí que ellos subirán por la cuesta de Sis, y los hallaréis junto al arroyo, antes del desierto de Jeruel. 17 No habrá para qué peleéis vosotros en este caso; paraos, estad quietos, y ved la salvación de Jehová con vosotros. Oh Judá y Jerusalén, no temáis ni desmayéis; salid mañana contra ellos, porque Jehová estará con vosotros.

18 Entonces Josafat se inclinó rostro a tierra, y asimismo todo Judá y los moradores de Jerusalén se postraron delante de Jehová, y adoraron a Jehová. 19 Y se levantaron los levitas de los hijos de Coat y de los hijos de Coré, para alabar a Jehová el Dios de Israel con fuerte y alta voz.

20 Y cuando se levantaron por la mañana, salieron al desierto de Tecoa. Y mientras ellos salían, Josafat, estando en pie, dijo: Oídme, Judá y moradores de Jerusalén. Creed en Jehová vuestro Dios, y estaréis seguros; creed a sus profetas, y seréis prosperados. 21 Y habido consejo con el pueblo, puso a algunos que cantasen y alabasen a Jehová, vestidos de ornamentos sagrados, mientras salía la gente armada, y que dijesen: Glorificad a Jehová, porque su misericordia es para siempre. 22 Y cuando comenzaron a entonar cantos de alabanza, Jehová puso contra los hijos de Amón, de Moab y del monte de Seir, las emboscadas de ellos mismos que venían contra Judá, y se mataron los unos a los otros.

En medio de la batalla que puedas tener en tu vida alaba. En medio de una verdadera adoración sucederán cosas sobrenaturales.

La alabanza y la adoración, en unificación con el cielo, hace que sucedan cosas celestiales. La batalla que tu estás librando no es tuya, es de Dios, por eso tienes la garantía de que serás victorioso. Tu alabanza sacará la respuesta de Dios y verás resultados.

Suelta ya esa palabra cuando dices “Dios siento que no me escuchas” recuerda que no se trata de ver o sentir algo, es producir algo.

Toma tu posición de hijo, no tienes que pelear, alaba y Él peleará la batalla por ti. Divórciate del mundo y empieza a vivir lo espiritual. Toma tu posición de hijo y calla, quédate quieto porque él es quien va a pelear. Dios lo que necesita es ver su imagen en ti. Aunque tu te veas en el espejo igual, mantén la calma, Dios no tiene tus ojos, por lo tanto no ve lo que tu ves, el ve a un victorioso.

Dios está contigo, si Él está contigo, quién va a estar contra ti.

Josafat se inclinó y Dios se posó sobre él y ese mismo espíritu se posó en la iglesia. Y como resultado de lo que estaban haciendo, Dios los visitó. Sin humillación no hay engrandecimiento del Dios viviente.

Lo que Dios dijo sucederá, se hará visible, sólo cree en el Señor tu Dios y creyendo podrás permanecer firme. Venga lo que venga nada te sucederá ni te tocará.

Tu éxito no depende de lo que tu creas sino de lo que oyes por medio de la boca de tu profeta, ahí cree y sucederá.

Del ambiente que dejen los adoradores unificados en Dios, se provocarán manifestaciones y profecías del cielo para su pueblo.

La gloria de Dios no estaba en el lugar, ellos con su adoración la provocaron.

Ellos escucharon que no se desalentaran sino que creyeran en lo que el profeta estaba diciendo, de esa manera la alabanza aceleró la victoria. En tu boca tienes la herramienta para que tu promesa se acelere, tu tienes la victoria en tu boca.

Cuando empezaron a alabar, Dios comenzó a mandar un espíritu de confusión hacia sus enemigos. Así mismo sucederá en tu vida si alabas. No le creas al diablo, tu vida nunca será arruinada.

 

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