El poder de la alabanza y la adoracion

 

La alabanza es para adorar a Dios, pero necesita que lo hagamos con el corazón.

Todo el que rinda su vida a Dios es un adorador. Hay muchos que cantan o tocan un instrumento pero no adoran a Dios y hay muchos que no tocan un instrumento ni cantan pero adoran verdaderamente a Dios.

Si buscas a Dios de día, de noche y en todo momento eres un adorador, ser adorador se trata de una vida.

Juan 4:20-22
Nuestros padres adoraron en este monte, y vosotros decís que en Jerusalén es el lugar donde se debe adorar. Jesús le dijo: Mujer, créeme, que la hora viene cuando ni en este monte ni en Jerusalén adoraréis al Padre. Vosotros adoráis lo que no sabéis; nosotros adoramos lo que sabemos; porque la salvación viene de los judíos. Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren. Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren.

Dios creó al ser humano con una característica esencial y es que no fuimos creados para ser independientes de Dios. El ser humano siempre busca adorar algo, porque fuimos creados para adorar, por eso existen tantas religiones y corrientes, porque la adoración es mal direccionada, y sucede porque no conocen al verdadero Dios al quien hay que adorar. Nosotros nacimos con la necesidad de adorar.

Hay que ser adoradores de verdad, no todo el mundo lo es. Cuando alguien adora se nota si esa persona vive rendido a Dios. Dios está buscando a adoradores en espíritu y verdad.

Es momento de reflexionar ¿Eres un verdadero adorador? ¿realmente vives rendido a Dios? ¿le haz entregado tu vida completa al Padre?

Abraham era un adorador de verdad, a dónde iba edificaba un altar para adorar a Dios. A donde iba y estaba adoraba a Dios. La biblia no dice que él era un alabador, pero con su vida adoraba a Dios cada día, era amigo de Dios y continuamente invocaba su nombre.

Que en todo lo que hagas este presente Dios, que busques agradarle con cada cosa que hagas.

Un adorador es el que se humilla delante de Dios. Él no está buscando talento sino una adoración genuina del corazón. Sí tu corazón está afinado para adorar a Dios no importa que el instrumento no lo esté. Más importante que el instrumento y que la voz con la que adoras es el corazón con que lo haces.

La adoración hace que su presencia descienda. En la palabra dice que en donde estaba su presencia se sanaban enfermos, los paralíticos caminaban, que en donde estaba Jesús algo pasaba. Donde hay una adoración genuina su presencia desciende y algo pasa. En medio de la alabanza y la adoración si el Espíritu Santo se posa en ti todo despierta, todo se transforma. Si el Espíritu Santo está en ti Dios no te dejará hasta que haga lo que dijo que haría en ti.

Tu vida es la que adora realmente a Dios y eso lo demuestra cómo tú estás viviendo.

Saúl adoraba a Dios de la boca hacia afuera porque estaba en desobediencia y con una vida de locura, de nada servía lo que hacia porque su vida no correspondía con lo que decía. Igual pasó con Israel, su adoración y sacrificio era abominación para el Padre, porque Él también les pedía obediencia.

De nada sirve que lo que le des este lleno de desobediencia, porque una adoración verdadera viene acompañada de un corazón obediente. Más vale la calidad que la cantidad.

La alabanza te hace guerrear en el mundo espiritual.

2 Crónicas 20:12-13
¡Oh Dios nuestro! ¿no los juzgarás tú? porque en nosotros no hay fuerza contra tan grande multitud que viene contra nosotros: no sabemos que hacer, y a ti volvemos nuestros ojos. Y todo Judá estaba en pie delante de Jehová, con sus niños y sus mujeres, y sus hijos.

Josafat sabía a quién debía clamar y pedir ayuda, a Jehová, y Él le dio la victoria, peleó por él y su pueblo. No hubo necesidad que Josafat tuviera que salir con el pueblo a guerrear sino que se dispusieron a adorar.

Así que en medio del problema y la circunstancia debes adorar sin importar lo que este sucediendo, ahí el Padre se empieza a mover y manifestarse, solo cuando comienzas a alabar. Porque él es más fuerte, más grande y poderoso que todo lo que pueda aparecer y suceder en tu vida.

David era también un verdadero adorador, porque todas sus situaciones las ponía delante de Dios, tenía la confianza y la certeza de que pasara lo que pasara Dios tenía el control.

Siempre en una situación atacamos lo físico en vez de lo espiritual, y lo realmente importante es lo espiritual y se ataca con la alabanza, en medio de ella Dios se empieza a mover y algo comienza a suceder. La alabanza es hacer una fiesta en medio del problema y ahí verás cada día la manifestación de Dios en tu vida. Alaba a Dios y el Padre hará el resto.

En medio de la alabanza también hay liberación. Saúl en un momento estaba atormentado por espíritus inmundos y en medio de su desesperación pidió que buscarán a alguien para que lo ayudara, y fue cuando llegó David con su arpa. Él era una tañedor que adoraba a Dios no sólo con su instrumento sino con su vida. El tocaba su instrumento y Saúl tenía paz y pasaba porque donde se adora Dios hay liberación. Sí se alaba verdaderamente a Dios las tinieblas no pueden permanecer.

Cuando el tañedor toca, la mano de Dios empieza a moverse.

Dios conoce cuando hay un adorador genuino que se humilla delante de Él cada día y reconoce que está ahí para adorarle.

Algo que atormenta al diablo y a sus demonios es la alabanza y la adoración. Antes de que Satanás fuera desechado del cielo era una adorador, y por ya no poder serlo, tu adoración y alabanza lo destruye.

Cuando caminas en una vida espiritual intachable se reconoce por el testimonio y la vida que llevas, por eso el diablo odia que adores.

Tu vida demuestra que eres un verdadero adorador. Que las personas vean que tu eres distinto, que las circunstancias y el problema no te envuelven sino que te hacen adorar.

En la palabra está la historia de la sunamita que edificó un aposento para el profeta de Dios y sucedió el milagro para su vida. Ahora la pregunta es ¿cómo tu tienes el aposento de tu vida para que el Espíritu Santo venga a ti y desee quedarse?

Muchas veces lo que Dios hace y sus anhelos en nuestra vida lo descuidamos y cuando eso sucede el Espíritu Santo se va. Pero cuando Dios ve que adoras y alabas, adoras y arreglas tu aposento para que Él se quedé en tu vida, Él y su Espíritu también lo hace.

La adoración rompe cadenas.

Hechos 16:25-26
Pero a medianoche, orando Pablo y Silas, cantaban himnos a Dios; y los presos los oían. Entonces sobrevino de repente un gran terremoto, de tal manera que los cimientos de la cárcel se sacudían; y al instante se abrieron todas las puertas, y las cadenas de todos se soltaron.

La adoración en esta historia nos demuestra que rompe cadenas y ataduras, así que si tu adoras y alabas, las cadenas y ataduras en tu vida deben romperse. Algo pasa cuando adoras.

Dios rompe todo yugo en medio de tu alabanza.

David quería construirle un templo a Dios, sin embargo por ser un hombre de guerra, el Padre le dijo que le dejara la edificación del templo a su hijo Salomón. Fue hecho con los mejores materiales de la historia, y ahí precisamente permanecía el arca de Dios. Hubo un momento que cuando los adoradores estaban alabando un día en el lugar, hubo una gloria y presencia de Dios indescriptible.

Procura que tu vida sea ese templo donde se alabe a Dios en todo momento, que su presencia se manifieste y la nube de gloria descienda a tu vida. Eso puede ser y suceder en cualquier momento y lugar donde te encuentres.

Que no te importe lo que piense y hablen las personas cuando adoras a Dios. No busquen agradarle a las personas, busca agradarle Dios.

Otro de los poderes de la adoración es que cuando pasa llega la bendición y La abundancia.

2 Samuel 6:11
Y estuvo el arca de Jehová en casa de Obed-edom geteo tres meses; y bendijo Jehová a Obed-edom y a toda su casa. Fue dado aviso al rey David, diciendo: Jehová ha bendecido la casa de Obed-edom y todo lo que tiene, a causa del arca de Dios. Entonces David fue, y llevó con alegría el arca de Dios de casa de Obed-edom a la ciudad de David.

Donde la presencia de Dios está, llega la bendición y la abundancia. Cuando eso llega a ti no sólo sucede en tu vida sino también en la vida del que te rodea. Sí la presencia de Dios está, algo sucede.

Cuando la presencia de Dios y su arca habitan en tu vida y en tu casa los que te rodean van a querer de lo que tu tienes. Dios quiere que le alabes para que tu vida se impregne de Él.

2 Samuel 24:21
Y Arauna dijo: ¿Por qué viene mi señor el rey a su siervo? Y David respondió: Para comprar de ti la era, a fin de edificar un altar a Jehová, para que cese la mortandad del pueblo. Y Arauna dijo a David: Tome y ofrezca mi señor el rey lo que bien le pareciere; he aquí bueyes para el holocausto, y los trillos y los yugos de los bueyes para leña. Todo esto, oh rey, Arauna lo da al rey. Luego dijo Arauna al rey: Jehová tu Dios te sea propicio. Y el rey dijo a Arauna: No, sino por precio te lo compraré; porque no ofreceré a Jehová mi Dios holocaustos que no me cuesten nada. Entonces David compró la era y los bueyes por cincuenta siclos de plata.

David dijo algo muy importante, que él no quería ofrecerle nada a Dios que a él no le costara. Y no se refería a dinero, sino al sacrificio en su vida. Actualmente no se le quiere dar nada a Dios y menos que cueste. Es fácil adorar a Dios cuando todo va a bien, pero cuando va mal ¿qué haces? Cuando lo adoras y lo alabas en esos momento eres propicio al Padre.

Parece contradictorio cuando Dios te da algo y luego te lo pide o quita. Tenemos la historia de Abraham cuando le pidió a Isaac. Le estaba entregando lo que más amaba y le había costado tener, es decir lo estaba adorando con todo. Y cuando amas más lo que él te entrega y te da, él te lo pide para que reconozcas dónde está tu corazón.

David sabía lo que era adorar a Dios y con su vida da ejemplo de lo que el Señor puede hacer en tu vida. De como se puede adorar a Dios y entregar la vida a Él.

David se entregó de tal manera, que a pesar de sus pecados adoró a Dios en todo momento y en todo lugar, se humilló al Padre, a tal punto fue su entrega que para Dios tenía un corazón agradable a Él. Supo adorarle verdaderamente. Fue un adorador en espíritu y verdad como tu también debes serlo.

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