¿Por qué si todo lo que dijo Dios sucedió, tu no crees lo que te dijo que va a hacer? Él es el Dios de lo imposible, y lo hará, no te abrumes por las circunstancias de la vida, ellas son pasajeras. Lo único que tiene que quedarse es la bendición.
La cabeza es el almacén de todo tipo de situaciones. Es como los almacenes de las Fuerzas Armadas con sus armamentos y municiones, cuando la necesitan van al lugar donde están guardadas, así hace el diablo, cuando el diablo quiere lograr algo contra ti, va al almacén a buscar, escarbar y encontrar lo que necesita para usarlo contra ti.
No existen personas locas, se maneja así a nivel psiquiátrico o psicológico, pero la verdad es que la mayoría son controles satánicos del diablo, que distorsiona lo que está en la mente y lo usa a su favor.
Si tu estás en una congregación Dios te separó de todas las cosas del mundo, lo único que él quiere es darte de la tierra sus bendiciones.
Mente corrompida, mente carnal y mente espiritual están todas en una sola. Tu, primero fuiste espíritu, no cuerpo, pero siempre se le da importancia es a lo que se ve, y lo que quiere el diablo es lo que no se ve.
Dios no le dio importancia a lo de afuera, sino a lo de adentro. Y lamentablemente la iglesia está pendiente y entretenido con lo de afuera, y lo de adentro lo abandonan, sin entender, cómo David entendió, que si se encargan de lo de adentro y alaban y glorifican a Dios, lluvia caerá sobre sus hijos.
El campo de batalla está en la mente, no es el dinero, la escasez o lo que vemos, es la mente que habla más que la misma boca. La mente dice algo y necesita que abras la boca para decirlo. Pero no hemos abordado esto por falta de conocimiento.
Nadie tiene el poder para engañarte, él engaño de cada ser humano está dentro de él mismo. El problema es algo que no vemos, él corazón, las personas sólo son el complemento. Y nosotros abordamos el complemento y no la raíz, así mismo es la mente.
Estamos más familiarizados con la mente que con el espíritu.
El ser humano es 100% espiritual. Cuando Dios creó al hombre primero creó el espíritu y luego el cuerpo, y lo hizo con un propósito.
Debes disfrutar la vida no como la carne dice sino como la Biblia dice.
Cuando una persona habla se puede discernir que espíritu está hablando y podemos reconocer quién está controlando su mente. Los psicólogos y psiquiatras han podido estudiar la mente pero nunca han dado con la verdad para liberar a las personas, porque eso sólo lo hace Dios.
Muchas personas hablan y hacen llorar a otras pero resulta que lo que dicen nunca transformará a otros. El que habla bonito tocará sólo tus emociones.
Se puede reconocer si alguien es cristiano por la manera que habla, sólo escúchalo y te darás cuenta si es así o no. Verás el fruto de sus palabras. Si hoy alguien habla de amor pero mañana te da una puñalada, es algo contradictorio, y si no amas a tu prójimo menos puedes amar a Dios.
La mente puede ser controlada por el viejo hombre. Si la mente la gobierna el Espíritu Santo eso se nota, a veces él habla con amor pero muchas otras tiene que corregir esa área de tu vida que te está matando.
Antes de ser salvo ese viejo hombre era el que vivía con rabia, odio, resentimiento, estrés, envidia, pleitos, endemoniado con todo. Pero eso debería ser del pasado, la pregunta es ¿Quién gobierna hoy tu mente? Y si la sigue gobernando el viejo hombre y sus manifestaciones ¿Dónde está el Poder de Dios en tu vida?
Si lees las escrituras te encuentras con su verdad y la manera de vivir que debes tener. Debes poner de tu parte para acabar con ese viejo hombre, pelea con él para que deje de gobernarte, porque ahora para luchar tienes al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, así que debes luchar y dejar de obedecerle.
Debes ocuparte de ti. Ve hacia adentro y deja a las otras personas quietas que no se ocupan de ellos, si te sigues ocupando de otros te descuidarás tratando de ocuparte de ellos y acabarán contigo. Tienes que pararte firme, no frente al diablo sino al viejo hombre que quiere seguir gobernando tu vida.
El espíritu de la mente tiene que ser renovada.
Cada vez que te libera Dios, sino te ocupas de llenarte con el Espíritu Santo, te llenarás de nuevo con los espíritus del diablo y terminarás 7 veces peor.
Sino estás de acuerdo con lo que Dios dice, quién te sana, quién te restaura, quién te bendice.
Efesios 4:22-24
En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos, y renovaos en el espíritu de vuestra mente, y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad.
¿Qué cosas del mundo haz dejado atrás y qué te haz traído a la actualidad? La palabra de Dios no debe emocionarte sino transformarte. En cuanto a la vieja manera de vivir debes despojarte.
Deja todo lo pasado atrás y deja de estar matando a otros, mátate primero a ti mismo para que Dios te pueda transformar.
Si tu sabes que algo te está haciendo daño, despójate de eso. Si cuando te vas a bañar te quitas todo lo que tienes puesto para poder hacerlo bien y quedar limpio, debes hacer lo mismo al llegar a Cristo, despojarte de lo que tienes de la vida vieja, que él se va a encargar ahora de vestirte, de darte la ropa nueva y el perfume nuevo.
La prioridad es el alma y el espíritu, no es que no te arregles físicamente, sino que tus prioridad cambie.
Con la vida que vives estás defendiendo al viejo hombre que no te deja nada bueno en la vida y te desenfoca del propósito de Dios.
Despójate del viejo hombre que está viciado con los deseos engañosos, no hay verdad en él, sólo en Jesús. Dale importancia a lo que Dios le dio.
Cuando dejas de hacer en tu vida lo que Dios quiere, él en tu vida no se mete.
Cuando empiezas a claudicar en 2 pensamientos, empiezas a pensar y a buscar respuesta en la mente, le abres la puerta al diablo.
El diablo imita la voz de Dios, y sino estás apercibido te puede engañar. La mayoría de los dolores de cabeza, de la depresión y la opresión son porque el diablo controla la mente, y sucede por escuchar lo que ella te dice, no descansas, no haces más nada sino lo que la mente te dice. Buscas respuesta en donde no la hay.
No es que dormiste mal, es que no lo hiciste pensando en lo que pasó, en lo que pasará, en lo que no le encuentras solución ni entiendes.
La mente siempre te va a llevar la contraria.
Por no tener control del viejo hombre, no controlamos la mente. Debemos renovar el espíritu de nuestra mente. Las decisiones que tomas mentalmente nunca vienen de Dios, son de la mente. Por no atender tu necesidad, el diablo lo está haciendo.
Por ejemplo, el deseo de matarse viene de la mente, y es de una mente controlada por el diablo, no por Dios.
Tienes que encargarte verdaderamente de ti. Despójate.
Los brujos despojan a otros, pero Dios hoy te dice que lo hagas tu y él se encargará de darte sus vestiduras, y lo que te hará bello no será lo físico, sino su gracia.
Dios te ama y por eso quiere que seas consiente de la necesidad que tienes en tu vida. La palabra de Dios es la que puede cambiarte y liberarte.
Efesios 4:24
Dios no es culpable de las decisiones equivocadas que tomas, si no obedeces a esta palabra arderás.
El cristiano actual vive desarmado, con un lenguaje pero sin herramientas. No se ocupan de llenar el almacén de la mente con la palabra de Dios, por eso de lo que está llena, el diablo lo usa contra ellos.
Que un psicólogo sea malo o no es tu criterio, pero la verdad es que no cambian a nadie, porque no llegan a la raíz del problema que está en el espíritu y eso sólo lo puede tocar y cambiar Dios.
Sino pones la palabra por práctica no vengas a culpar al diablo y mucho menos a Dios. Puedes hacer lo que te de la gana, seguir viviendo como quieras y no prestar atención a lo que Dios te dice, pero el peligro del que Dios te está advirtiendo es para reaccionar hoy, porque sino te perderás.
La Biblia y el Espíritu Santo de Dios son los que te pueden ayudar.
Al no bregar con el espíritu de tu mente podrás caer en diversos tipos de manifestaciones que no entenderás. Es hora de ponerte a cuenta con Dios y comenzar a despojarte de lo malo de tu vida. Por no hacer caso pasarán las cosas, así que ocúpate hoy, porque Cristo viene.