Si no amas la palabra no te preocuparás por conocerla ni de filtrar lo que sale de la boca de otro. Por eso, cualquiera te puede dar una palabra profética, tocar tus emociones y sentimientos y como no conoces la palabra la creerás pero no sucederá. Puedes temblar, caerte y decir muchas cosas, pero si no hay transformación después de eso, solo movieron tus emociones y sentimientos.
Muchos dicen que aman a Dios pero no aman sus escrituras, entonces lo que dicen es mentira, porque no pueden decir que lo aman a él y no a su palabra, que vino hecha carne para salvarle en una cruz.
Juan 14:21
21 El que tiene mis mandamientos, y los guarda, ese es el que me ama; y el que me ama, será amado por mi Padre, y yo le amaré, y me manifestaré a él.
No puedes guardar lo que no tienes. Primero debes tener algo para guardarlo, pero no en cualquier lugar, sino dentro de ti. Lo que no está en ti no puede hacerse visible.
Lo que no tienes no te lo puedes poner.
Debes volverte a la palabra. La palabra dice que el que guarda su palabra es quien lo ama. No el que la dice. La evidencia de que el Padre está en alguien esquese manifieste su palabra en él.
Dices “Te amo papá “ pero no le respetas, no le obedeces, haces lo contrario a lo que él te dice. Eso no es amar.
El que no comienza a hacerle caso a Jesús se irá por un despeñadero.
La voluntad de Jesús no era la de él, sino la de su papá. El gobierno de Dios no es democrático dónde todo el mundo opina, dice y hace, es teocrático, él habla y tú haces.
El que ama las escrituras no sale de ellas.
Juan 8:29
29 Porque el que me envió, conmigo está; no me ha dejado solo el Padre, porque yo hago siempre lo que le agrada.
Un discípulo es un alumno, no es un maestro. Cuando tú te tomas la atribución de tomar el lugar de un maestro cuando nunca has sido alumno, quebrantas la palabra de Dios.
Dios es el único que constituye ministerios y no lo anda regalando cómo las iglesias actuales.
Nos llaman cuerpo, pero sin cabeza, porque los alumnos quieren ser maestros.
El que enseña lo que no vive ni manifiesta a otros, es un mentiroso.
Cuando un pueblo no conoce las escrituras se le hace fácil a cualquiera esclavizarlo a él, confundirlo y engañarlo.
Cuando andas rebelde a tu papá le duele el corazón.
No puede haber ministerios que hablen distinto a lo que dice su palabra, porque el hijo habla como el padre. Jesús fue leal y sujeto a su papá y a su palabra.
Jesús aprendió en la mejor universidad del mundo, en la de la obediencia a su papá.
Todo aquello que no impulsa a obedecer sino a rebelarte en contra de tu padre y su palabra, te lleva camino al infierno.
Mateo 5:17-19
17 No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino para cumplir. 18 Porque de cierto os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde pasará de la ley, hasta que todo se haya cumplido. 19 De manera que cualquiera que quebrante uno de estos mandamientos muy pequeños, y así enseñe a los hombres, muy pequeño será llamado en el reino de los cielos; mas cualquiera que los haga y los enseñe, este será llamado grande en el reino de los cielos.
Si tú te comparas con el Espíritu Santo estarás de rodilla, si te comparas al hombre andarás caminando.
Así como te arreglas en lo físico, te pintas el cabello, te maquillas la cara, incluso ejercitas el cuerpo para verte mejor, hazlo igual o hasta más con el alma, ahí todo cambiará.
No hay nada imposible para Dios, él lo puede hacer todo.
Jesús no vino a derogar ni a anular la ley de su Padre. Él vino a cumplirla y hacer que se cumpla.
El cielo no puede aplaudir ni aprobar lo que en la tierra está desordenado.
Mientras el cielo y la tierra exista su ley no pasará.
Cuando tu enseñas algo que está fuera de su palabra estás quebrantando la ley.
¿Qué le puedes enseñar cómo padre a tus hijos sino conoces ni vives la palabra de Dios? Si estás lleno de mundo de eso lo alimentarás y es lo que le enseñarás.
Jesús no vino a quitar, anular ni derogar la palabra de Dios.
Sino hablas como Dios ni te sujetas a él, hablas cómo el hombre y de él te sujetas.
Juan 5:39
39 Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí;
La palabra no dice que por confesar eres salvó.
La vida eterna no depende de ninguna persona externa a la palabra de Dios.
Conoces a Dios en las escrituras, ahí está revelado todo lo que él es y todo lo que él hizo.
No puedes comer todo lo que otro te dice. No eres un niño para eso, debes escudriñar la palabra para saber si lo que otro te está diciendo es verdad o no.
Debes tener un compromiso básico con las escrituras, para no ser un cristiano fluctuante y no dejarte engañar por cualquiera que hable, por eso debes oír, atender y escudriñar la biblia.
El amor a Jesucristo se manifiesta y se evidencia con la obediencia a sus mandamientos.
Un cristianismo que se satisfaga con poco puede ser conveniente, pero no bíblico.