El diablo nos rodea de tinieblas, circunstancias y problemas para que digamos que no tenemos motivos para amar y adorar a Dios, y en realidad el verdadero amor es lo que te va a mantener firme y de pie.
No te afanes, no camines en una falsa fe. No puedes estar feliz sólo cuando tienes la posibilidad para lograr lo que quieres y cuando esa posibilidad se acaba sientas frustración, tristeza, desolación, preocupación.
La respuesta para todo en tu vida existe.
Filipenses 4:19
19 Y este mismo Dios quien me cuida suplirá todo lo que necesiten, de las gloriosas riquezas que nos ha dado por medio de Cristo Jesús.
¿Qué le vas a decir a tus circunstancias? ¿qué le vas a decir a tu nevera? ¿qué le vas a decir a tus finanzas? ¿a tus hijos y familia? Tu Dios pues, todo lo suplirá. Tu necesidad debe entender que no estás confiando en la economía, entorno, país, tu tienes un papá más grande que todo y tu alma lo debe entender, que tu Dios pues suplirá.
Dios está al tanto de lo que tienes y lo que no, lo que necesitas y lo que te falta, y debes comprender que con Él lo tienes todo. Tienes poder en tu boca y lo que tu digas tiene que empezar a suceder.
Háblale a las circunstancias, a la enfermedad, al problema. Ten identidad de quién eres por encima de la circunstancia. Sí llegas al desierto a donde él diablo te quiere llevar, pero con Dios, saldrás revestido.
Convierte tu circunstancia en el desierto que te va a transformar. Tienes espíritu de poder para cambiarla. Sí estás revestido el diablo sabrá que, aunque te toque no podrá vencerte. No puedes olvidar que tu Dios pues suplirá, díselo a tu alma, mente y corazón.
Deja el afán, Dios te va a suplir. La duda siempre viene, pero véncelo con el poder de la palabra que Dios te dio.
Que la duda no contamine tu fe. Puedes pelear con el espíritu de temor, el poder está en ti por medio de la palabra. No olvides que nada se activa hasta que no lo digas con tu boca. No es mentir, sino que lo que digas venga convertido de verdad desde adentro, del corazón, cambia lo que dices y cambiará lo que ves.
Que tu palabra venga acompañada de la fe en Dios.
Dios lo va a hacer. Dios suplirá, Díselo a tu corazón y mente, renuncia ya. En la fe que camines es la que va a hacer, no retrocedas.