Es momento de quitar lo que no es de tu vida.
Espera lo esperado e inesperado, aunque lo que viene no es inimaginable para ti.
Debes esperar lo que Dios te dijo porque él es el dueño del oro y la plata. Todo el que está bendito la maldición no lo alcanza, todo lo que diga la boca de otro para maldecirte no te puede tocar. Espera lo inesperado de Dios.
Pídele a Dios oídos para oír, ojos para ver y un corazón para obedecer. El problema es el designio de tu corazón lo que hace que el milagro no ocurra.
La fe viene por el oír, el problema es lo qué estás escuchando. No es el mensaje sino el problema que tienes con el mensajero, si tienes problemas con el mensajero no vas a escuchar el mensaje. Si te molestas con el mensaje no te estás resistiendo al mensajero sino al mensaje de Dios.
Nuestro pastor no nos ha enseñado a oír a alguien sino a oír a Dios, y si oyes a Dios serás transformado y prosperado primero en espíritu y todo será añadido.
Que Dios quite la sordera espiritual, no vayas con el corazón para escuchar a un hombre sino a Dios. Pídele perdón a Dios si haz resistido a escucharlo, si haz cuestionado la palabra de transformación para tu vida, pide perdón por hacerte ciego a la necesidad de tu alma, por creer que estás haciendo tu voluntad y es la tuya, pide perdón por cuestionar lo que Dios te dice y criticar lo que te ha hablado. No tienes que parecerte a tu hermano sino a Jesús. Pide perdón por vivir a espaldas a lo que Dios pide en tu vida.