Nuestro Dios vive y reina.
Juan 3:16
Sólo lo que se te revela de manera personal el diablo no lo puede arrancar. Puede que lo que nos cuente otra persona no haga efecto en nosotros, pero lo que se te revela en el espíritu te transforma para vivir como Dios lo pide.
Si tu amas, tu das. Muchos hemos entendido que tenemos que darle a Dios lo que le corresponde, y es así, porque su amor no tiene comparación. Sin embargo, muchos quieren darle dinero, pero no todos quieren dar su vida. Nuestro señor Jesús dio su vida y más que el dinero que llevas a un altar, Dios quiere que le des tu vida. Dios quiere que vivas para él.
¿vives para Dios cada día? ¿será que él te puede exhibir y decir que tu corazón está con él?
El diezmo y la ofrenda es un pacto de Dios contigo, y si la cumples está bien, pero tu vida también debe ser para él. Dios quiere que le des tu vida.
Complementa tu diezmo y ofrenda con un corazón santo, genuino, puro, que el mundo no tenga nada que decir de tu vida.
La cantidad de dinero no dice que amas a Dios, porque hasta el más pecador trae dinero a un altar. La pregunta es ¿vives para él? Dios pide un corazón.
Dios no tiene una balanza para medir quién trajo más o menos, si tu trajiste poco o mucho eso a él no le entereza, pero si llegaste con un corazón puro eso es valioso para el Padre.
Deja los atajos y lo fácil, complemente tu diezmo con tu vida. Que Dios pueda decir cuando vayas al altar que ahí va un corazón que le agrada y le alegra. El diezmo si es indispensable, pero compleméntelo con tu vida.
Fuiste apartado de muchos, ahora te toca vivir apartado para él. Ese es el mejor agradecimiento a tu Señor.
Todos los días él todo te lo da, su amor, su misericordia, su fidelidad, te toca a ti, agradecerle con una vida para él.